El pueblo de Cenicientos quedó literalmente vacío al mediodía del sábado 13 de mayo. Casi todos sus habitantes y también muchos forasteros abarrotaron la iglesia de San Esteban y sus aledaños para despedir a María, que había fallecido el día antes después de haber sido apuñalada por su pareja sobre las 6 de la madrugada del lunes 8 en Móstoles (Madrid). El cortejo fúnebre más concurrido que se recuerde en Cenicientos acompañó a los tres coches, que portaban las coronas de flores, y el féretro, que era llevado a hombros, hasta el cementerio de la localidad donde descansa ahora María en el panteón familiar. Todo ello en el más absoluto y solemne silencio.

Herida de muerte

El agresor F.M.C., de 52 años, era también natural de Cenicientos y pareja de la víctima, María de 40 años de edad, aunque actualmente estaban en proceso de separación, fue detenido la mañana de los hechos por la Policía Nacional tras presuntamente apuñalar y seccionar el cuello a su pareja con un cuchillo de caza, en su domicilio familiar de la calle Centro de Móstoles. La víctima fue encontrada con parada cardiorrespiratoria, reanimada y trasladada al Hospital 12 de Octubre, donde ingresó en estado crítico  a causa de unas heridas que la ocasionaron la pérdida de mucha sangre. Según la familia de la víctima no existían denuncias por maltrato y fue su hijo, de 13 años, el que presenció el ataque hacia su madre  por lo que bajó la escalera del edificio para alertar a sus abuelos (que residían en el primer piso) y al resto del vecindario, que llamaron dando la alarma al teléfono 112 a las 6:10 de la madrugada, según fuentes de Emergencias 112 Comunidad de Madrid. Los primeros en llegar fueron los agentes de la Policía Municipal de Móstoles y de la Policía Nacional, pero el presunto uxoricida no abría la puerta, por lo que tuvieron que derribarla encontrando al hombre junto a la víctima, completamente desangrada. Tras varios días de incertidumbre, María nos dejaba en lo mejor de su vida, causando su pérdida gran consternación entre sus familiares, amigos y vecinos.

Los padres de María, Antonio y Maricarmen, eran muy conocidos por todo el pueblo; regentaron durante décadas un autoservicio en la calle principal de Cenicientos y se habían jubilado hace pocos años. La madre lamentaba  no haber denunciado antes al supuesto asesino. “Mi hija no ha denunciado porque era el padre de su hijo y no lo quería denunciar a pesar del sufrimiento y el maltrato que ha tenido”. Quizá por ello se habían trasladado a Móstoles para intentar ayudar a su hija y acompañarla. La madre explicó además en Informativos Telecinco que el agresor había “sabido hacerlo muy bien de cara al público porque era un lobo con piel de cordero”. La madre aseguró que su hija había sufrido muchos malos tratos psicológicos y que posiblemente él lo tenía todo planeado tras conocer la intención de María de separarse de él. “Esto ha sido premeditado, la sacó de la cama y la tiró al suelo”. Todo indica que el hijo de 13 años intentó interponerse entre su padre y su madre para evitar que la agrediera, pero el padre lo apartó. El chico bajó a casa de sus abuelos mientras gritaba “¡Que la está matando!”.

El padre del menor, que no tiene antecedentes penales y del que no existían denuncias previas por violencia machista, sigue detenido y pasará a disposición judicial. El Ayuntamiento de Cenicientos decretó el 11 de mayo tres días de luto oficial por tan trágico suceso.