La Adrada es el primer municipio de Castilla y León que se suma al ciclo de festivales literarios Mi Pueblo Lee.
El Patio de Armas del Castillo de La Adrada, todo un rincón palaciego medieval, ubicado junto a la nave de lo que fue una gran iglesia, es un rincón inmejorable para disfrutar de una tarde de verano junto a libros y a autores. El pasado 23 y 24 de julio La Adrada celebró una toda fiesta literaria, con la visita de dos grandes escritoras como lo son Rosa Montero y Cristina Fallarás y la puesta en valor de autores de la localidad en un festival literario organizado por el ayuntamiento adradense y la asociación cultural Mi pueblo lee, con la colaboración de varias entidades nacionales como Pueblos Mágicos de España, la Red Nacional de Castillos y Palacios o las Ciudades Amigas de la Infancia.
Para que la Cultura de un lugar sea cada vez más rica y más amplia es importante dar fuerza y prioridad a los creadores y artistas de dicho lugar, pero también atraer a otros creadores que ofrezcan otros aires, otras ideas, nuevas ventanas por abrir, oportunidades y aromas nuevos. Eso es lo que propone Mi pueblo lee en lo literario, llevar a los mejores autores a los pueblos más recónditos de nuestro país que así lo decidan, pero tratar de reunirlos y mezclarlos con los que escriben y crean en la propia localidad. Dar voz al propio pueblo en un festival cultural que firmaría cualquier gran municipio o ciudad.
La Adrada ha vivido durante dos días toda una fiesta repleta de literatura que, además, ha servido como impulso económico, como reclamo turístico, como puerta a que lectores y amantes de la cultura hayan recorrido sus calles y se hayan quedado prendados de su historia y de todo lo que tiene por ofrecer. Hasta la localidad abulense y a su mágico castillo llegaron personas desde Madrid, desde otros municipios cercanos del Valle del Tiétar, de la Sierra Oeste madrileña e incluso desde León, para disfrutar de los encuentros de dos escritoras de una calidad incuestionable y de una fuerza capaz de arrastrar a muchos otros con sus textos y con sus palabras.
Y además, todos los que acudimos a esta fiesta pudimos conocer a Juan José Sánchez, Félix Sacido, José María Pérez, Clara Deguines, Ana López, Yedra Domínguez… creadores y creadoras de la localidad o pudimos disfrutar de las inteligentes y ágiles presentaciones de Beatriz Quintana, profesora del IES Sierra del Valle de La Adrada, o del resto de colaboraciones con las que contó todo el evento. Hubo además talleres infantiles y juveniles, una acción poética para todos los públicos con globos repletos de versos y un bonito homenaje póstumo a José Manuel López Martínez, librero local. Un municipio que se acuerda de sus buenos libreros y de sus buenos gestores culturales tiene buena parte del camino recorrido, desde luego.
“Queremos que los grandes autores lleguen a los pueblos más pequeños”, nos decía hace unos días la escritora Maribel Medina, una de las impulsoras de este festival, una serie de encuentros literarios que, a través de autores populares y conocidos “busca hacer partícipes a los no lectores” y llenar la España vaciada de grandes firmas literarias.
La Cultura es un gran motor literario, lo hemos dicho muchas veces en nuestras páginas. En La Adrada, durante los dos días de festival ha habido mucha demanda de la hostelería local, con ligeros problemas para reservar por falta de sitio, y se han vendido muchos libros, tanto de las autoras visitantes como de los locales. Siendo, como es, La Adrada un municipio del que cualquier visitante se enamoraría casi al instante, estoy seguro de que en próximas ediciones de este festival aún serán más los autores y visitantes que decidan visitarlo y, quién sabe, incluso reservar un buen lugar para disfrutar de todo un fin de semana de naturaleza, ruralidad, historia y, por supuesto, la mejor literatura.
Javier Fernández Jiménez.