
La cosecha de este año ha sido excelente, los entendidos en la materia lo achacan a varios factores: la meteorología fue muy favorable, llovió en invierno y en primavera, los momentos idóneos para esta planta. Otra razón ha sido, que tras la desastrosa cosecha de 2013 los brotes crecieron más tras un año de descanso, la aceituna cuajó bien y debido a que no llovió en Agosto la planta se libró de la mosca blanca lo que provocó que la aceituna se mantuviera en el árbol sin caer al suelo, algo primordial para la correcta recolección en cuanto a calidad.
Otros factores muy a tener en cuenta aparte de los naturales son las labores de agricultores y almazaras. La mayor concienciación en la recolección redunda muy positivamente en la calidad y cantidad del oleico elemento. Recolectar la oliva vareada, no la del suelo, llevarla a la almazara en el mismo día de la recolecta, no almacenarla. Quemar los restos de poda para evitar la proliferación de plagas, así como tratar los olivos con los productos fitosanitarios adecuados.
La mecanización en las almazaras supone una gran inversión pero va reportando sus frutos en cuanto a la calidad. Ya se cuenta con centrifugadoras, trituradoras, depósitos de acero inoxidable, climatización de las zonas de almacenaje, etcétera.
Es primordial acertar con el momento idóneo para comenzar la recolección y para ello se basan en la toma de muestreos previos, que se envían a laboratorios oficiales para realizar análisis físico-químicos, donde se determina el rendimiento y la acidez en ese preciso momento. Se comienza a recoger cuando los resultados de rendimiento sobrepasan el 13 %. A medida que pasa el tiempo de la recolección este va subiendo, pero también lo hace la acidez. Conseguir el equilibrio ente ambos parámetros es esencial para alcanzar una calidad óptima.
La producción de las almazaras de nuestra comarca se ha incrementado en torno al 30% en kilos de aceituna recolectada respecto a la media de los últimos tres años, claro que si la comparamos con la del 2013, en algunos casos se ha superado el 800 %.
Todas funcionan en régimen de cooperativa: el aceite se reparte entre los socios de forma proporcional a los kilos recolectados. La de Cenicientos y la de San Martín hacen el cálculo de rendimiento basándose en la pesada general, y en el caso de Villa del Prado y Sotillo en la particular.
La venta al público se suele hacer en envases de cinco litros y en botellas de medio, normalmente en la propia almazara, aunque también podemos encontrar este magnífico aceite en establecimientos comerciales, como es el caso de Villa del Prado. En San Martín se puede comprar directamente a los agricultores, mientras que en Cenicientos un 5 % de la producción se vende al púbico por encargo.
Todos ellos han conseguido la catalogación de Aceite de Oliva Virgen Extra, por tener un grado de acido oleico menor al 0.8, la calidad de nuestros aceites en excelente. Debemos de felicitar a los agricultores y almazaras por su buen trabajo. A los vecinos y visitantes animarles a consumir este bien tan preciado y tan cercano.