
El pasado lunes, el Ayuntamiento de San Lorenzo de el Escorial, por medio de su Alcaldesa, Blanca Juárez, y de su Concejala de Educación, María José Santamaría, agradeció a los profesores de los centros del municipio que se jubilan este curso sus años de dedicación a la educación de los vecinos más jóvenes.
Los profesores homenajeados son:
CEIP San Lorenzo
- Mª del Carmen Abad Gutierrez
- Mª Concepción Baanate Fortea
IES Juan de Herrera
- Carmen Cuesta Albertos
- Ramón Vázquez Álvarez
CC La Inmaculada Concepción
- Manuel Rambla Vidal
- Pilar López Calvo
En el acto se les entregó un diploma ,y como obsequio, un libro sobre la localidad.
LA ESCUELA DE ENTONCES
Recreos de la infancia, entre los juegos y escuela
de idílicos momentos,
de vuelta a casa en aquella mágica plazuela,
crisol de Cenicientos.
La escuela era vista como el interior de un templo,
con su ara del saber,
donde el más listo de la clase nos daba ejemplo
de estudio en el deber.
Nada que ver aquella, con la escuela de ahora,
de temibles maestros,
temerosos siempre del clarear de la aurora
y llamados cabestros.
De cuatro en fondo nos formaban, prietas las filas,
izando la bandera,
y al Himno del Cara al Sol, callaban las esquilas
de mula y vertedera.
“La letra con sangre entra”,eran consignas y lemas,
que inyectaban a palos,
y huíamos como los potrillos de las quemas,
los buenos y los malos.
Contumaces tildaban,llamándonos zoquetes,
envueltos en su niebla,
y oportunos a veces, poníamos en bretes
siendo ellos la tiniebla.
Recitábamos la tabla de multiplicar
con átono talante,
fue bueno, después la hemos tenido que aplicar
continua a cada instante.
Aprendimos algo modélico…Urbanidad
de educandos muy bien,
y en Cenicientos sirvió y nos sirvió en la ciudad
a saber quién es quién.
Supimos de religión y de historia sagrada
que igual nos ha servido,
y así situábamos en el mapa aproximada,
todo hecho acaecido.
De forma que al contemplar los lienzos del museo
sabemos de Holofernes,
las ciudades bíblicas y el nefando deseo
cual pintores en ciernes.
Luego después cada sustenta sus creencias,
o esencias personales,
y en su ir y venir, el cuantificar de sus ciencias
o su cifra en caudales.
Y sin ser rehenes del síndrome de Estocolmo
o burdos masoquistas,
comentamos:”compañeros es o no es el colmo
o somos alquimistas”.
Pues con un gran esfuerzo, permanente de todos,
a aquella España rala,
postrada entre la sangre salpicada de lodos,
la elevamos de escala.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho