Ante la actual situación de crisis que atraviesa nuestro país, ¿ha llegado el momento de formar un gobierno de concentración o, por el contrario, se debe dejar actuar al gobierno de Mariano Rajoy?
Dulce
No sólo sería deseable, sino que es la única salida viable y digna para que la población española tenga una mínima posibilidad de no terminar seriamente empobrecida y en pie de guerra en las calles de nuestro país. El gobierno del Partido Popular presidido por Mariano Rajoy ya ha demostrado su incapacidad para resolver la crisis, todos los indicadores económicos han empeorado sin freno, la prima de riesgo se ha doblado y ya se baraja la intervención de todo el país.
Un gobierno de concentración permitiría que el conjunto de la clase política asumiera la responsabilidad histórica de evitar el naufragio del país. Al igual que ya ocurriera en el año 1977 cuando los grupos políticos, empresariales y sindicales lograron ponerse de acuerdo en los famosos Pactos de la Moncloa para sacar adelante la transición.
Si tuviéramos unos políticos con alturas de miras y preocupados de verdad por sus ciudadanos, se reunirían con la mayor urgencia y llegarían a los acuerdos necesarios para evitar la debacle social que se nos avecina. Pero, por desgracia, la grandeza y responsabilidad de nuestra clase dirigente ni está ni se la espera.
Salado
España es un país democrático, por lo que se deben respetar los resultados de las elecciones que mostraron con claridad la opinión de los españoles. Por todo ello, no es concebible que tras únicamente seis meses de gobierno se plantee una opción así. Los españoles han puesto en manos de Mariano Rajoy y del Partido Popular sacar a España de la crisis. Pero para ello es necesario darle el suficiente tiempo para que siga poniendo en marcha reformas que nos permitan levantar la cabeza.
La urgencia del momento necesita un gobierno fuerte que actúe con rapidez y criterio. Las circunstancias excepcionales que estamos viviendo imponen la necesidad de evitar debates innecesarios que solo llevan a marear la perdiz de forma inútil entre el gallinero de las formaciones políticas.
No es tiempo de pactos, sino de decisiones dolorosas que alguien sin miedo a las consecuencias políticas debe tomar y ese alguien debe ser Mariano Rajoy y su mayoría absoluta. En estos tiempos es donde se forjan los verdaderos líderes de las naciones, Rajoy si actúa con valentía y decisión puede darle la vuelta a un combate que todavía no está ni mucho menos perdido.