- Un ‘¿sabías que…?’ sobre la flora y fauna de la Sierra Oeste.
¿Sabías que las urracas y los córvidos en general, son capaces de resolver problemas y usar herramientas?
¿Y sabías también que, en su afán de esconder frutos y semillas, son unos grandes aliados en la regeneración de nuestros bosques?
Muchas son las efemérides que, durante todo el año, nos recuerdan días señalados en el calendario sobre especies o animales concretos, o sobre aspectos o entidades relacionados con la Naturaleza. En este sentido, se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, el Día Internacional de los Bosques, el del Agua, el de la Madre Tierra, el de las Aves y un largo etcétera. Respecto al Día de las Aves, no faltan reseñas y artículos que ponen en valor a las especies de este gran grupo faunístico, y tampoco faltan las actividades relacionadas con su observación y su estudio.
El grupo de las aves abarca un gran número de especies, grandes y pequeñas, de hábitos diurnos y nocturnos, carroñeras, cazadoras, de interior y de costa, en definitiva, un abanico muy amplio de taxones para clasificarlas a todas. En el presente artículo, nos vamos a centrar en una especie concreta de la familia Corvidae: la urraca.
El nombre científico de la urraca es Pica pica. El término pica proviene del latín y literalmente significa “urraca”. Al respecto del término, y como curiosidad, existe una enfermedad relacionada con un trastorno alimenticio llamada “pica”, en la que quienes la padecen sufren una perversión del apetito por la que ingieren sustancias no comestibles, como arena, ceniza, etc. Parece ser que este hábito no solo ocurre en el ámbito humano, sino que, dentro del reino animal, también sucede en otras especies, entre ellas la urraca. Dicho esto…
La urraca, un ave cercana y familiar
Uno de los aspectos más interesantes de la etología de las urracas es su capacidad de aprendizaje. Son aves muy curiosas y tienen una notable habilidad para resolver problemas. Se ha demostrado que pueden usar herramientas, un comportamiento que solo se observa en un número limitado de especies del reino animal. Por ejemplo, pueden utilizar ramas o piedras para acceder a alimentos que están fuera de su alcance. Un experimento realizado en este sentido consistía en meter una recompensa en un tubo lleno de agua hasta la mitad. De primeras, la urraca no conseguía llegar hasta el premio y se las tuvo que ingeniar para conseguirlo. ¿Cómo lo hizo? El ejemplar en cuestión empezó a introducir piedras de diferentes tamaños en el tubo para así hacer subir el nivel del agua y obtener la ansiada recompensa.
En la observación directa, podemos comprobar cómo son capaces de buscar objetos duros sobre los que picar una nuez, usando su potente pico como si de un martillo se tratara.
La urraca ocupa gran diversidad de espacios y ecosistemas; la podemos encontrar en zonas de alta montaña, en bosques, costas y también en parques y jardines, tanto en entornos rurales como urbanos. Es una especie muy cercana a nosotros, incluso desde la antigüedad, a veces observada con fascinación y otras con respeto, temor o incluso miedo. En muchas culturas, se la ha considerado símbolo de inteligencia y astucia. En la mitología, a menudo aparece como mensajera o portadora de malas noticias. A lo largo de los siglos, las urracas han sido observadas por su comportamiento social y su capacidad para aprender; incluso esta relación ha influido en el arte, la literatura y en la comprensión misma de la Naturaleza.
Es una especie conocida por su comportamiento social. Suelen vivir en grupos y formar estructuras sociales complejas. Dentro de estos grupos, se comunican a través de una gran variedad de vocalizaciones, incluyendo graznidos y chirridos. Estas llamadas no solo sirven para alertar de algún peligro, sino que también juegan un papel muy importante en la cohesión del grupo y en la formación de vínculos sociales.
Durante el día las podemos observar en grupos más o menos numerosos, siempre ocupadas en una búsqueda incesante de alimento, y al anochecer suelen juntarse en los denominados árboles dormideros.
Otro aspecto notable de su etología es su comportamiento a la hora de almacenar alimentos. Aunque el término “almacenar” suele asociarse al comportamiento humano, lo cierto es que las urracas son conocidas por esconder comida en diferentes lugares para poder consumirla en otro momento. Este comportamiento no solo demuestra su capacidad de planificación, sino que también podría ser un indicativo de inteligencia, ya que deben recordar la ubicación de sus escondites. Este hecho también nos recuerda que las urracas son unas grandes dispersoras de semillas, contribuyendo así al importante papel ecológico que desempeñan en el medio ambiente.
Comportamiento social de las urracas
Las urracas son monógamas y suelen formar parejas que permanecen juntas durante varias temporadas. Construyen nidos elaborados en árboles, utilizando materiales como ramas, barro y cualquier otro que contribuya a la cohesión del mismo, aunque no es de extrañar que también aprovechen nidos vacíos de otras especies. La hembra suele poner entre 5 y 7 huevos y la labor de incubación es compartida por ambos padres. 
Se ha comprobado que, dentro de un grupo de urracas, la crianza y el cuidado de los volantones son una prioridad para todos los miembros; es decir, parece ser que todos colaboran en esta importante labor.
Algunas curiosidades
Ya hemos hablado sobre la capacidad que tienen las urracas para resolver problemas complejos como indicativo de su inteligencia, pero en otros tipos de estudios se ha comprobado que son capaces de reconocerse a sí mismas ante un espejo, de reconocer a otros miembros de su comunidad e incluso a personas de su entorno con las que comparten espacio. En cuanto a la relación de las urracas con la muerte de algún congénere, se ha observado cómo rinden una especie de luto ante el cadáver, como si de una despedida se tratara. Aunque esto sugiere distintas hipótesis, una de las más extendidas es que son capaces de reconocer la pérdida de un miembro de su comunidad con el que tenían algún tipo de relación.
Leyendas y falsos mitos sobre las urracas. Conclusiones
A lo largo de la historia, a la urraca se le ha considerado de muchas formas: a veces buena y otras, no tanto. En nuestra cultura, hoy en día, se la considera un animal molesto o incluso malvado; sucia, ladrona y con un sinfín de atributos que para nada tienen que ver con la realidad. Lo cierto es que, para muchas culturas, es símbolo de inteligencia, de riqueza y de buenos presagios. Tenemos que pensar en el importante papel ecológico que desempeña, como controlador biológico de insectos y, como hemos dicho anteriormente, como regenerador de nuestros bosques y montes por su capacidad de dispersar semillas.

Verdemorillo es una asociación ecologista vecinal que actúa para preservar la biodiversidad de la comarca de Valdemorillo desde tres frentes: la divulgación, la denuncia y la realización de proyectos de conservación. Si deseas saber más sobre este u otros temas entra en www.verdemorillo.org
Textos y fotografías: Chema Iniesta. Educador ambiental y miembro de Verdemorillo.
 
            

















































