El Centro Cultural Pedro de Tolosa de Villa del Prado acogió el pasado sábado 19 de marzo el Festival Internacional de Poesía y Arte Grito de Mujer, un evento que se realiza en diversos rincones del mundo por cientos de colaboradores desde que la escritora y diseñadora dominicana Jael Uribe lo puso en marcha hace ya doce ediciones. Es la primera vez que este encuentro poético que tiene como misión principal el poner en verso el rol de la mujer en la sociedad y fomentar la autoestima, el respeto y la no violencia llegaba a Villa del Prado y lo hizo con el esfuerzo y la coordinación de la poeta pradeña Mariana Feride, delegada del área Centro de la Unión Nacional de Escritores de España, así como con la colaboración de asociaciones, poetas, amigos e instituciones locales y comarcales. El festival contó con la participación de más de una treintena de poetas, además de la de la asociación cultural Las Palabras Escondidas, la Asociación de Amigos de la Poesía (ASEAPO), Verbo Azul, la tertulia poética Rascamán, el Club de Poesía Carmen Conde, el Ateneo Antoniorrobles Navas Cultural, la Unión Nacional de Autores de España o los programas de radio Todo es verso, Castillos en el aire o Menudo castillo. El ayuntamiento cedió las instalaciones para la realización del evento y participó activamente en el desarrollo de la mano de Miguel Aguado, concejal de Cultura local. Héctor Ortega, alcalde, tenía prevista su asistencia, pero un problema personal le impidió acudir finalmente.
Quien sí que estuvo en Villa del Prado fue la poeta y directora en la Comunidad de Madrid del Festival Grito de Mujer, María Victoria Caro, que fue la responsable de entregar a todos los participantes del diploma acreditativo de la participación en el festival.
Lo cierto es que hubo de todo en Villa del Prado, la poesía elevada y profunda de muchos poetas de diversas edades, la participación de nueve niños y niñas, recuerdos a personas que ya no están con nosotros, colaboraciones de todo tipo, la poesía y la música de Miguel Martínez o la guitarra y la voz de Ana Bella López Biedma. Aunque lo mejor de todo el acto fue la cordialidad, la pasión y la fuerza con la que mujeres y hombres de diversas edades decidieron entregar para que resonase alto y fuerte cada grito de mujer que era necesario dar.
Villa del Prado, la Sierra Oeste de Madrid y la propia Mariana Feride han vuelto a demostrar que tienen capacidad y calidad para convertirse, siempre que sea necesario, en el epicentro de cualquier actividad cultural en la que se involucre y si hablamos de poesía aún con más ahínco.

Javier Fernández Jiménez