Son muchas las iniciativas solidarias que se están llevando a cabo desde todo el mundo para echar una mano a los refugiados ucranianos que huyen del conflicto bélico iniciado por Rusia hace ya más de dos semanas, se estima que unas cuatro millones de personas van a huir del país que se pretende invadir. Ya hay en Europa más de dos millones y medio de ucranianos, algunos, afortunadamente, con amigos o familiares, acogidos por familias o apoyados por diversas instituciones. Pero aún hay muchas personas que siguen en la frontera, que acaban de salir o que aún no han podido abandonar su país de origen, personas que necesitan de todo.

Una ola de solidaridad ha llenado la frontera de ropa, alimentos, medicamentos y todo lo que se cree que puede ser necesario para una persona que se queda sin nada y que intenta huir de una contienda. Aunque parece que a partir de ahora lo más necesario y lo más fácil de compartir es el dinero, dinero que sirva no solo para ayudar a las personas que lo están precisando, sino también a los que se están dejando la piel en ayudarles. Quizás sea más interesante comprar medicamentos en Polonia, por ejemplo, que llevarlos desde España.

El CEIPS Isabel la Católica de Navas del Rey se ha querido sumar a estas iniciativas de ayuda, por eso hace unos días entregó a todos sus alumnos unos sobres de colores, en ellos cada niño o niña tenía que dejar un mensaje para los niños ucranianos e incluir en su interior el dinero que pudiesen dejar o que sus familias estimasen que era posible entregar. Hasta ahora la comunidad educativa del centro casero ha recaudado 1.382, 60 € y ha elaborado un mural con todos los sobres, notas de solidaridad y mensajes de ánimo de los niños.

Una iniciativa que ha contado con la colaboración de Cruz Roja y que servirá para echar una mano y lograr material sanitario, alimentos, productos de higiene o todo lo que necesiten unas personas que se han quedado sin nada y que necesitan de todo, especialmente nuestra ayuda y nuestra comprensión.

Puede que poco más de 1.300 € no sirva de mucho, pero es un granito de arena que servirá para seguir demostrando que no hay un tirano capaz de acabar con la solidaridad y para que nuestros niños comprendan que cuando empieza la guerra acaba, en todos los casos, la libertad y el bienestar de los ciudadanos de cualquier país.

Javier Fernández Jiménez.