La Comunidad de Madrid podría aumentar el terreno cultivado de vid de calidad en 21.000 hectáreas, un 251 por ciento más de las que actualmente cultiva (8.400 hectáreas), según recoge un estudio realizado por el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) y que ha presentado este viernes el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, Borja Sarasola.

La directora del IMIDRA, Cristina Álvarez, ha explicado que con el estudio se ha hecho “un mapa del terreno apto para el cultivo de vid en la Comunidad de Madrid” después de que durante cinco años se han prospectado las tres zonas de la denominación de origen (Arganda, Navalcarnero y San Martín de Valdeiglesias).

Se trata de unas 270.000 hectáreas, de las que se ha restado el terreno urbano y, según ha explicado Álvarez, se han detectado cinco zonas para el cultivo, desde muy favorable hasta muy desfavorable”. Además, ha añadido que se trata de “una herramienta muy útil, tanto para los viticultores actuales como para quien se plantee hacer una nueva bodega, porque va a saber qué tipo de terreno tiene y cuál va a ser más apto para el tipo de vino que quiera hacer”.

El estudio, que ha concluido que la región cuenta con 21.000 hectáreas de terreno aún sin cultivar que pueden proporcionar una uva de buena calidad con Denominación de Origen Vinos de Madrid, ha concluido que contando únicamente los terrenos con buen potencial, se podría aumentar en un 251 por ciento el suelo dedicado al cultivo de la vid, y crear así nuevos puestos de trabajo en el ámbito rural.

La investigación ha tenido en cuenta dos factores: los del propio suelo en relación con la vid, con la recogida de 2.000 muestras, y los climáticos. Sumados los datos se ha comparado cada suelo con los requerimientos del viñedo y se ha determinado su idoneidad para el cultivo de la uva. Entre los parámetros de suelo estudiados están el drenaje, el pH, el contenido en nutrientes o en materia orgánica, y entre los climatológicos la humedad relativa, las precipitaciones o la insolación.

El consejero ha explicado que se trata del “primer estudio de estas características que se hace en España”, que permite conocer las características físicas del terreno, un dato esencial a la hora de elegir la variedad más adecuada o establecer las dosis de riego y fertilización, lo que permitirá a los viticultores “incrementar la productividad de sus explotaciones y la calidad tanto de la uva como del vino con ella elaborado”.

Además, “podría convertirse en una guía metodológica de aplicación en otras áreas de viñedo”, ha apuntillado Sarasola.

Transformación del sector y creación de empleo

En este sentido, el consejero de Medio Ambiente ha recordado que en la región 140.000 familias “viven del campo”, y estudios como el que hoy se ha presentado permiten pensar que “más familias van a poder vivir de él”.

Según el estudio, el cultivo de 20 hectáreas de las 20.000 localizadas por el IMIDRA con buen potencial, obtendría entre 25.000 y 50.000 botellas. Una bodega instalada en ese terreno podría dar lugar a tres puestos de trabajo directos y dos estacionales.

  “A pesar de que mucha gente pueda pensar que Madrid es una realidad urbana, también es campo, ganadería e industria agroalimentaria, que representa un 7 por ciento de su PIB”, ha recordado Sarasola.

El consejero ha añadido que el sector primario de la Comunidad “ha sufrido una transformación extraordinaria en los últimos años”. Se trata de un cambio que se ha producido porque “quienes están hoy en el campo han decidido que había que cambiar radicalmente el modelo de hace 20 años”.

“Fruto del esfuerzo de todos los actores del sector hemos podido ver hace poco que en España bajaba un 10 por ciento el empleo en el sector primario, mientras que en nuestra región crecía un 71 por ciento, lo cual no es fruto de la casualidad”, ha concluido.

En otro orden de cosas, el consejero ha asegurado que “el vino es la punta de lanza de nuestro sector primario”, y que para ello se necesitan dos cosas. En primer lugar, “la que hoy se pone a disposición de la denominación de origen, es decir, facilitar a los viticultores dónde pueden instalar su viñas para dar la mejor calidad en el vino de Madrid”; y en segundo lugar, “se tiene que hacer un grandísimo esfuerzo en la comercialización y en la internacionalización de este producto”.

En este sentido, para impulsar la comercialización e internacionalización del vino madrileño con Denominación de Origen, el consejero ha destacado que la Comunidad de Madrid “será protagonista del festival Madrid Fusión los próximos 27, 28 y 29 de enero”.

Sarasola ha destacado que en el evento “habrá más de 500 periodistas internacionales acreditados” y también se darán “cita los mejores cocineros del mundo”.

La Denominación de Origen Vinos de Madrid

La denominación de origen Vinos de Madrid abarca 275.000 hectáreas en 58 municipios de sus tres subzonas (Arganda, Navalcarnero y San Martín de Valdeiglesias), 8.390 con vides; en ellas trabajan 2.891 viticultores en 44 bodegas.

En la última campaña la D.O. ha exportado más de un millón de botellas de vino, con EE. UU como principal destino y con un valor de 2,2 millones de euros, un 42,8 por ciento más que la campaña anterior. En la campaña la D.O. Vinos de Madrid ha comercializado 3.609.190 botellas.

Con este estudio, el Gobierno regional prevé que se aumente además la rentabilidad del cultivo, dado que los agricultores podrán planificar la plantación de la variedad de uva más adecuada al tipo de suelo de sus parcelas y también permitirá que el Consejo Regulador de la D.O. cuente con una nueva herramienta de asesoría para los viticultores.

(EuropaPress)