La corporación municipal al completo apoya que se busque otra ubicación.

Un grupo de vecinos de Pelayos de la Presa está recogiendo firmas para mostrar su total desacuerdo con la ubicación propuesta en la localidad para la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) prevista en la Aprobación inicial del Plan Especial de Infraestructuras del “Proyecto de saneamiento y depuración Sistema Picadas” en los términos municipales de Pelayos de la Presa y San Martín de Valdeiglesias. El Canal de Isabel II ha vuelto a proponer, como ya hizo en 2014, la instalación de una EDAR en Pelayo, en un emplazamiento que causará —según el colectivo demandante— un impacto muy negativo en la vida de los vecinos poniendo “en serio riesgo la calidad de vida del pueblo y su desarrollo futuro”.
La EDAR se situará a escasos 31 metros de la vivienda más próxima, en la avenida principal de acceso al pueblo, junto a la estación de tratamiento de agua potable (ETAP) y muy cerca del Monasterio de Santa María la Real, el mayor atractivo turístico de la localidad, declarado Bien de Interés Cultural. Este proyecto, si se aprueba en su forma actual, “tendrá consecuencias devastadoras para Pelayos de la Presa y sus habitantes”, según las alegaciones de los firmantes.
La primera podría ser el riesgo constante de olores insoportables: Las depuradoras, por su propia naturaleza, generan malos olores, que en este caso se propagarían directamente hacia las viviendas del municipio. Dado que se encuentra en un valle, los olores quedarían atrapados, afectando no solo o las casas colindantes, sino también al resto del núcleo urbano. Esto haría insostenible vivir cerca de la EDAR.
Pondría en peligro la calidad del agua que consumen los vecinos: La cercanía de la depuradora a la ETAP representa un riesgo de contaminación del agua potable. La proximidad entre una instalación que trata aguas residuales y otra que distribuye agua potable puede ocasionar fugas o filtraciones que afecten gravemente a la calidad del agua que llega a nuestros hogares.
Causaría daños irreversibles al turismo y al patrimonio cultural: El Monasterio de Santa María la Real, una joya histórica que atrae a miles de visitantes cada año, se encuentra a menos de 500 metros del lugar donde pretenden instalar la EDAR. Los malos olores y el impacto visual degradarán un entorno que ha sido clave en el desarrollo turístico de Pelayos de la Presa. Si se lleva a cabo, podría comprometerse el futuro económico del municipio, que depende en gran medida del turismo.
El impacto medioambiental y la destrucción del hábitat natural serían muy serios: La EDAR se ubicaría en una Zona de Especial Protección para los Aves (ZEPA) de la Red Natura 2000, poniendo en peligro especies protegidas y el frágil equilibrio de nuestro entorno natural. Las obras y el funcionamiento de la depuradora conllevarán un daño irreparable para la flora y fauna locales, afectando a nuestra calidad de vida y a la belleza natural que nos rodea.
También tendría consecuencias negativas para la salud y el bienestar de los vecinos: El ruido de las obras, el tránsito constante de maquinaria pesada y los posibles cortes en el suministro durante la construcción de la depuradora traerán consigo grandes molestias. Además, una vez en funcionamiento, la EDAR emitirá gases y partículas que pueden afectar a la salud de todos nosotros, especialmente de los más vulnerables, como niños y ancianos.
Los vecinos demandantes están preparando un pliego de alegaciones para oponerse firmemente a este proyecto. Solicitan las firmas de todos los vecinos para mostrar la unidad del pueblo contra esta amenaza. Cuantas más, mayor será la presión para que la Comunidad de Madrid reconsidere la ubicación de la EDAR y busque alternativas que no les afecten tan gravemente.
Tenemos de plazo hasta el 31 de octubre de 2024 para presentar nuestras alegaciones, y con ello detener la construcción de la depuradora de aguas residuales en su ubicación actual.
En un comunicado, toda la corporación municipal, con su alcalde Antonio Sin a la cabeza, apoya dicha recogida de firmas.