La Comunidad de Madrid, a través de la Dirección General de Patrimonio Histórico, ha restaurado el órgano de la iglesia de Santiago Apóstol de Villa del Prado, dentro del Plan de Recuperación de Órganos Históricos con una  inversión de 80.000  euros. La directora general de Patrimonio Histórico, Laura de Rivera, la alcaldesa del municipio, Belén Rodríguez y el obispo de Getafe, Joaquín María López, asistieron a la inauguración, que se celebró este domingo 25 de marzo.

Pese a que estaba previsto un breve concierto, se optó por interpretar las obras a lo largo de la misa y confirmación de numerosos jóvenes pradeños. El coro Santiago Apóstol fue el encargado de interpretar las diferentes obras dirigido por Manuel González

El órgano, del año 1906 y obra de Ricardo Rodríguez, forma parte del Inventario de Bienes Culturales de la Comunidad de Madrid, por su belleza y sonoridad. Está albergado en un mueble exento barroco del siglo XVIII y se han restaurado integralmente todos los elementos de la caja, mediante la desinfección y consolidación estructural del mueble, restauración de los dorados y policromías originales y consolidación de los elementos escultóricos. En la parte instrumental, se han restaurado la consola, los secretos, las mecánicas y registros, la cañutería y la tubería, el sistema de alimentación y fuelle y se ha construido una nueva caja de aislamiento para el motor.

Las obras de restauración de la iglesia de Villa del Prado, declarada Bien de Interés Cultural en 1981, se iniciaron en 1990 y se prolongaron hasta 2001. Durante la última fase, se hallaron, bajo capas de cal y cemento que cubrían los paramentos, un rico conjunto de pinturas murales de los siglos XVI, XVII y XVIII. El conjunto iconográfico abarca desde flameantes cabezas de dragón en las bóvedas, que podrían datar del siglo XVI, Evangelistas y Virtudes Teologales en la bóveda del presbiterio, hasta arquitecturas fingidas, y una escena de crucifixión superpuesta que dataría del siglo XVII. Las intervenciones del siglo XVIII representan una ventana y cortinajes, y se advierten en las pinturas que flanquean el retablo mayor, mientras que flores y guirnaldas se extienden por los laterales de los retablos menores.

Los orígenes de la iglesia se remontan al siglo XV. Se trata de un templo de una sola nave de grandes dimensiones, a la que se abren capillas situadas entre los contrafuertes. A la iglesia se accede a través de dos portadas enfrentadas, situadas entre contrafuertes en el segundo tramo de la nave. A los pies del templo se levanta la gran torre, de tres cuerpos de sillería que se inicia en 1544, obra de Martín Ochoa de Muniátegui y de Pedro de Tolosa, quien por aquel entonces se encontraba trabajando en las obras del Monasterio de El Escorial.