El periódico mensual independiente y gratuito de la Sierra Oeste de Madrid y alrededores en su edición de noviembre d 2025, que hace el número 214 desde su primera aparición hace 17 años, lleva en su portada las dos presentaciones de los planes contra las inclemencias invernales que han tenido lugar este mes en la región. El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín Aguirre, presentó el 18 de noviembre el Plan de Actuaciones ante Nevadas en la Red de Carreteras del Estado en la Comunidad de Madrid 2025-2026, con el que se pretende asegurar la vialidad y reducir al mínimo el número de tramos con restricciones al tráfico o retenciones, así como su duración, mediante una adecuada coordinación. Un total de 227 máquinas quitanieves, 107 máquinas distribuidoras de salmuera (agua con sal), 2.312.000 litros de salmuera distribuidos en 28 plantas y 2.000 toneladas de sal. Están previstas casi 30.000 plazas para aparcamiento obligatorio de camiones en las áreas de estacionamiento y 101 puntos de control para el establecimiento de restricciones a la circulación en la Comunidad.
Isabel Díaz Ayuso (en la foto) presentó el 24 de noviembre el Plan de Inclemencias Invernales 2025/26, con 6.600 efectivos, señales antihielo y sensores en calzadas que mejoran la seguridad en carretera, haciendo un llamamiento a la responsabilidad y la prudencia tras supervisar el operativo, que se prolongará hasta el 30 de abril.En las tareas de vigilancia, logística, aplicación de tratamientos preventivos y retirada de nieve participan 760 vehículos. El dispositivo incluye 30 cámaras de vigilancia, 27 estaciones meteorológicas y un Centro de Coordinación e Información (CECOIM), operativo las 24 horas del día y conectado con el 112. Desde que se activó el dispositivo el 1 de noviembre, el Gobierno regional ha desplegado ya a 65 operarios y ocho camiones quitanieves.

Violencia también económica

Los principales problemas de los españoles, según el CIS, son, porcentualmente: la vivienda (32,5), la inmigración (18,5), los problemas políticos en general (18,4), los problemas de índole económica (17,9), los problemas relacionados con la calidad del empleo (16,2), el paro (15,2), la corrupción y el fraude (11,7), la sanidad (9,4), la falta de acuerdos y la inestabilidad política (1,3) y las pensiones (1,3). Tenemos que bajar hasta la undécima posición para encontrar la figura de la violencia contra la mujer, con tan solo un 1 %.
Parece ser que no nos preocupa demasiado un problema que, según unos datos del Portal de Comunicación del Poder Judicial, demuestra que el número de denuncias por violencia de género presentadas en el segundo trimestre de 2025 aumentó un 2,69 % respecto al año anterior. Las víctimas mortales a causa de la violencia de género en España, en lo que va de año hasta noviembre de 2025, ascienden a 38, según el último balance de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género. En noviembre de 2025 un total de cuatro mujeres han sido asesinadas, víctimas de la violencia machista.
Son cifras escalofriantes que no somos capaces de reducir de un año para otro y que nos llevan a pensar casi siempre solo en las agresiones físicas, que son las más evidentes. Pero la realidad de este problema es bien compleja. Todos llegamos a conocer casos de violencia psicológica, pero no siempre conocemos otros tipos de agresiones de las que son víctimas las mujeres: sexual, digital, social o cultural.
Una de las formas de violencia contra las mujeres más invisibilizada y con peores consecuencias, tanto durante una relación como después de la separación, es la económica y patrimonial, caracterizada por el control o la privación de recursos, la destrucción de bienes, la negación de dinero o la imposibilidad de acceder a un trabajo. A veces es difícil de detectar, pues puede tratarse de un simple control o una restricción deliberada de los recursos familiares, que agudiza la dependencia de las mujeres. La violencia económica suele pasar desapercibida, pero es la tercera más frecuente, por detrás de la violencia emocional y la psicológica de control. Ocasiona la escasez de oportunidades laborales, la inseguridad y una mayor dependencia, lo que en ocasiones dificulta la capacidad de tomar la decisión de romper la relación, abandonar al agresor y comenzar una nueva vida.
Acabamos de celebrar el 25N (Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres) y tan solo pensar en sus terribles consecuencias debería ser suficiente para darnos cuenta de que es el mayor problema de España, y que tiene muchas y complejas variantes.

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