- El informe “La Voz de la Accesibilidad” muestra los problemas a los que se enfrentan cada día los más de 270.000 mayores con movilidad reducida que residen en España.
- Las personas con movilidad reducida suspenden a los municipios en accesibilidad: accesos a edificios públicos, aceras y transporte constituyen las principales barreras arquitectónicas.
La mitad de los madrileños (50%) tendrían dificultades para desplazarse en silla de ruedas por las áreas comunes del edificio en el que residen, mientras que un 69% tendría problemas para moverse dentro de su vivienda. Así lo recoge el informe “La Voz de la Accesibilidad”, elaborado por la Fundación Mutua de Propietarios con el objetivo de mostrar el día a día de los más de 2,4 millones de españoles con movilidad reducida, de los que 270.000 (un 11%) son mayores de 65 años.
Unas barreras arquitectónicas que, para un 70% de los madrileños, serían difíciles de solventar por la complicación que supone poner a todos los vecinos de acuerdo, especialmente si la inversión en obras de rehabilitación supera los 2.000€ por vecino.
“La movilidad reducida es uno de los principales problemas de la tercera edad y, por ello, es esencial que las comunidades de propietarios sean conscientes de la necesidad de hacer accesibles los edificios para facilitar la vida de los mayores, contribuyendo a crear una sociedad más inclusiva”, destaca Cristina Pallàs, directora de la Fundación Mutua de Propietarios.
Para este colectivo, las dificultades para transitar libremente no solo aparecen en los espacios comunes de su bloque o vivienda. Acceder a edificios públicos, cruzar pasos de peatones, moverse en transporte público o, incluso, caminar por las aceras, son acciones que también entrañan una gran dificultad. Por ello, la accesibilidad de los municipios españoles es calificada con un suspenso (4,7) entre quienes tienen problemas de movilidad.
De acuerdo con el informe “La Voz de la Accesibilidad”, para los madrileños, los accesos a edificios públicos son los mejor valorados en materia de accesibilidad (5,79), ya que muchos cuentan con rampas o ascensores, seguidos por los pasos de peatones (5,48), y el transporte público adaptado, valorado con un 5,54. Finalmente, con un suspenso (4,54) quedan las aceras por su falta de amplitud y su deficiente estado.
No obstante, es destacar que siete de cada diez madrileños no se plantean cambiar de lugar de residencia por estos motivos, ya que consideran que el resto de las localidades se encuentran en la misma situación en materia de accesibilidad.
“Aunque la sociedad conoce la existencia de barreras arquitectónicas no es plenamente conscientes de lo difícil que pueden llegar a ser estos obstáculos para desenvolverse en el día a día de las personas con dificultades a la hora de moverse, por lo que las acciones sensibilización y concienciación social resultan fundamentales para alcanzar una plena igualdad de derechos”, señala Cristina Pallàs.
¿Cómo nos imaginamos el día a día de una persona en silla de ruedas?
El informe de la Fundación Mutua de Propietarios explora también cómo los madrileños perciben el día a día de las personas con movilidad reducida. En este sentido, hacer deporte (86%), viajar (83%), subir al transporte público (74%), hacer la compra (75%), o llevar a cabo las tareas cotidianas (72%) son las acciones que consideramos que entrañan más dificultad para realizar en silla de ruedas.
“La accesibilidad no debería ser un lujo, sino una herramienta para que todos puedan participar plenamente de la sociedad”, concluye Cristina Pallàs.
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Sobre la Fundación Mutua de Propietarios
La Fundación Mutua de Propietarios es una institución no lucrativa creada por la aseguradora Mutua de Propietarios con la misión de mejorar la calidad de vida de las personas con movilidad reducida facilitando la accesibilidad a la vivienda y su entorno. Las áreas principales en las que la Fundación Mutua de Propietarios desarrolla sus actividades son la accesibilidad, mediante la eliminación de barreras arquitectónicas y la sensibilización de los actores sociales y políticos decisores en esta materia; la acción e inclusión social, mediante el diseño de actividades que favorezcan la integración y la calidad de vida de las personas con movilidad reducida, y la innovación, con la finalidad de favorecer la integración de las nuevas tecnologías para mejorar las condiciones de vida a las personas con movilidad reducida.