Bankia ha sido intervenida por parte del Estado. ¿Debería investigarse en estos momentos  todo lo que hay detrás o, por el contrario, es mejor dejarlo para un momento menos crítico para la economía española?

DULCE

La intervención de Bankia por parte del Estado es la mayor de la historia financiera de España. Simplemente plantearse que un evento de tal magnitud no deba investigarse sería un escándalo de tal envergadura que deslegitimaría a cualquier político que defienda esta tesis. El problema de fondo de investigar a Bankia es que saldrían a la luz los múltiples tejemanejes entre los políticos y los gestores de esta entidad. Las cajas que integran Bankia, especialmente Caja Madrid y Bancaja (Valencia) han sido herramientas financieras y políticas al servicio del partido gobernante en estas comunidades,  o sea, el PP.

Una investigación en profundidad sacaría vergüenzas imposibles de justificar y que con toda seguridad afectarían gravemente a la imagen pública del PP, pero también en menor medida del PSOE y de los sindicatos. Pero España no puede permitirse cerrar el caso Bankia como si no hubiera pasado nada, es una cuestión de supervivencia democrática.

Los ciudadanos tienen todo el derecho a saber qué ha ocurrido y quiénes son los responsables de semejante desastre, además de que estos responsables paguen de alguna manera el daño causado a clientes, accionistas y a todos los españoles. Es profundamente inmoral que todo el mundo pueda irse de rositas y con los bolsillos llenos.

SALADO

Investigar Bankia en este momento sería una total irresponsabilidad. España se encuentra en el punto de mira de los mercados, la desconfianza internacional en nuestro sector financiero es cada día más agobiante. Es evidente que se han cometido errores en la gestión de las diferentes entidades que conforman Bankia, casi todo el mundo está de acuerdo en que la fusión de todas estas entidades en un solo banco fue un gran error propiciado y consentido por el Banco de España.

Pero sería un tremendo y profundo error entrar en una confrontación política en un tema tan envenenado como la gestión de las cajas de ahorro, cuando España pasa por el momento económico más delicado y trascendental de su historia reciente. Las cosas se deben hacer en su momento, y en este instante de nada sirve que expongamos públicamente los errores de nuestro sistema financiero. Para lo único que puede servir es para crear más desconfianza en los inversores internacionales y hundirnos aún más en nuestros problemas.

La gestión de Bankia y otras muchas cajas deberá ser investigada algún día, en su momento oportuno,  pero no cuando estamos en medio de una tormenta que amenaza con hundirnos, ahora hay otras prioridades.