
- Cocido comprimido con el sabor de antes.
- Por Pierre Garní.
Hace ya algún tiempo que este restaurante cambió de ubicación (Antiguo La Cañada-Casa Wamba en plena C-501) para asentarse en la que hoy nos encontramos, en el puro centro de la localidad de Boadilla del Monte. Local sin pretensiones, amplio, muy luminoso y decoración impersonal; correcto. Nos reciben con amabilidad y ocupamos nuestra mesa, vestida de manera sencilla, en un comedor en planta primera que está atiborrado de clientela. El servicio un tanto acelerado y algo disperso y el ambiente bastante ruidoso. Venimos con un claro y único objetivo: el de tomar cocido madrileño, su famoso cocido (22 €), (este restaurante pertenece al Grupo La Bola, famoso también por este plato tan castizo). Tras el aperitivo (vermut Martínez Lacuesta, excelente y cerveza bien tirada con unas aceitunas anodinas), marcha nuestra comanda con tres cocidos y un Hombre Bala garnacha de 2020, perfecto aliado y cumplidor, elegido de una carta no demasiado extensa ni variada pero marginada con precaución, que llega con cierto retraso. Aparecen nuestros tres cocidos en sendos pucheros de barro acompañados de tres platos soperos con su correspondiente ración de fideos finos bien cocidos, bandeja con piparras en vinagre y cuartos de cebolleta fresca, fuente de repollo y cuenco de tomate frito. El camarero vuelca con cuidado, pero diligente en la maniobra, el caldo sobre los fideos y deja cada puchero, que contiene el resto de las viandas, para nuestra propia administración. Caldo sabroso con regusto a barro y a leña que deja muy buen sabor de boca, garbanzos algo sobre cocidos pero gustosos que acompañamos del repollo (se echa en falta el típico relleno o pelota) y chorizo, tocino, morcillo y gallina no demasiado sacrificados y de sabor intenso.
Dos arroces con leche de buena factura y rico sabor culminaron este cocido con dos cafés de calidad y hechura intachables.
Disponen de carta con entradas, pescados, carnes y plato diario, con precios razonables, todo ello de perfil muy a la moda actual, nada nuevo bajo el sol.
Para volver siempre que el antojo sea un cocido rico sin pretensiones y los precios de la carta se correspondan con el contenido del plato.