Los centros educativos son mucho más que lugares en los que acudir cada mañana para seguir las directrices marcadas por un libro de texto o por el currículo obligado desde un ministerio, en la mayoría de las ocasiones son rincones en los que aprender mucho, vivir aventuras apasionantes y acercarnos a aquello que muchos maestros y maestras tienen necesidad de enseñar. La radio escolar puede servir como un perfecto catalizador para todos esos saberes y competencias que son complicadas de desarrollar al cien por cien siguiendo las directrices de personas que, en muchas ocasiones, ni siquiera pisan un aula en toda su vida profesional.
La Comunidad de Madrid va algunos pasos por detrás de otras en cuanto al trabajo desarrollado por las radios escolares. Carece de una red mediática y comunicativa escolar, como ya gozan otras comunidades como la extremeña o la gallega, por poner algunos ejemplos y está empezando a hacer músculo en cuanto al desarrollo de esta fantástica herramienta educativa. Muchos centros de nuestro entorno han empezado ya desde hace años a trabajar la radio como uno de los elementos a trabajar en profundidad durante todo el curso. Tenemos proyectos radiofónicos escolares en Cenicientos, Villa del Prado, Navas del Rey, San Martín de Valdeiglesias, Pelayos de la Presa, Colmenar del Arroyo o Robledo de Chavela, algo que está haciendo que nuestros niños y niñas desarrollen sus capacidades orales, su redacción, su curiosidad y su empatía, entre otras muchas ideas.
En Galapagar han ido este curso un paso más allá. El CEIP Jacinto Benavente, bajo la coordinación de Pedro J. Hoya, fue el impulsor de un seminario de radio escolar en el que participaron otros seis centros cercanos, desde Navalagamella hasta San Lorenzo de El Escorial, pasando por Villalba y Majadahonda. Un seminario que ha culminado con la celebración el pasado viernes 17 de junio del I Encuentro Intercentros de Radios Escolares, en el que participaron el CEIP Antonio Machado y el CEEP Peñalara, de Villalba; el CEIP San Miguel, de Navalagamella; el CEIP El Tejar, de Majadahonda; el CEIP San Lorenzo, de San Lorenzo de El Escorial; el IES Infanta Elena y el CEIP Jacinto Benavente de Galapagar.
La jornada se celebró durante todo el día en la Plaza de la Constitución de Galapagar, con tres estudios en funcionamiento por los que rotaron los siete centros educativos, así como personalidades del municipio como la bibliotecaria Marina Cuervo, la Red Solidaria del municipio, la responsable del área de Cultura y el alcalde galapagueño, Alberto Gómez.
Una primera piedra en una posible red de colaboraciones entre centros escolares a través de sus proyectos radiofónicos a la que no quiso faltar el programa de radio Menudo Castillo, muy involucrado desde sus inicios con los centros educativos y con la posibilidad de que las niñas y los niños sean protagonistas de los micrófonos. La cita, que fue todo un éxito a pesar del calor sofocante que sufrieron todos los participantes, concluyó con el último programa de la temporada del programa de radio infantil.
Una apuesta por la educación, la cultura y la comunicación que en palabras tanto de los responsables de su organización como del propio alcalde, se realizará de nuevo el curso que viene, probablemente con la involucración de muchos centros educativos más de nuestro entorno.

Javier Fernández Jiménez.

Érase una vez una idea: una noche de cuentos bajo la atención de las estrellas. Era una idea muy pequeña y humilde que, poco a poco y con el paso del tiempo, empezó a hacerse muy grande y muy fuerte. Una idea que pronto se convirtió en una velada y que esta se hizo poco a poco una fiesta, toda una tradición anual. Dicen que había en el lugar en el que se celebraba un ciprés como espectador de lujo y unos soportales con muchas decenas de años en sus tejas y columnas.
Allí, en el Palacio de la Sagra, un nombre podía convertirse en protagonista de una historia casi por arte de magia, y un gato podía devorar desde una olla con un guiso hasta todo aquel con quien se cruzada, también contaban que en aquel lugar especial podía brillar un sol enorme y amarillo en mitad de la negrura y donde se mezclaban sonrisas, palabras e historias de niños y de mayores.
Un viernes, el 17 de junio de 2022, se celebraba la tradicional velada Cuentos de una Noche de Verano, una festividad de la narración que alcanzó su XIX edición con cuentos, historias y aventuras para toda la familia. Una vez más estuvo organizada por la Biblioteca Municipal de Chapinería y contó con la colaboración de la narradora Eugenia Manzanera, que realizó los talleres que ayudaron a los narradores no profesionales a ponerse en escena para contar a todos los asistentes sus historias y que, en esta ocasión, tuvo imposible su asistencia a la fiesta en sí.
Allí, en una noche muy calurosa, se congregaron, como cada año, narradores profesionales y aficionados, de todas las edades. A destacar la participación de Nora, una niña de 10 años y de Agapita, la mayor del grupo de narradores, que sorprendió a todos los asistentes por su memoria y por su frescura. Esta edición contó con la colaboración de cuatro narradores profesionales contratados para la ocasión: Mónica Ausina, Silvia Mascaray, Juan Villén y Aldo Méndez.
Cuentos alegres, cuentos tristes, cuentos realistas, cuentos clásicos, cuentos locos, casi cuentos… lo cierto es que aunque nadie comió perdices, sí que hubo muchos instantes felices en una velada que el curso que viene cumplirá sus primeras dos décadas de historia y que se ha convertido en una mágica tradición anual de la que, a buen seguro, se seguirá hablando en el futuro de la Sierra Oeste de Madrid.

Javier Fernández Jiménez.