- Tomeu y Alba Ripoll interpretaron una ‘guerra generacional sobre 16 cadáveres poéticos’.
El pasado domingo 14, organizado por la Asociación Cultural Alberche de las Artes, se presentaba en el Centro Cultural el espectáculo poético-teatral ‘Herencia’ (una obra escrita por el mallorquín Tomeu Ripoll e interpretada por él mismo y su hija Alba, dirigidos por el actor Xisco Ródenas) que venía a Cenicientos tras representarse en Toledo, un día antes, y en el vecino pueblo de El Barraco (Ávila), la jornada anterior, después de haber recalado en salas de Madrid, Bilbao y el resto de la geografía española. Tomeu explicaba que el título se refiere al legado que deja a su hija: “el arte y la poesía”.
‘Herencia’ está basada en la poetry slam, torneo poético en el que los participantes se enfrentan a través de recitales dramatizados con un formato inspirado en el boxeo, con asaltos de tres minutos para leer cada poema, y con ciertas similitudes con las batallas de raperos. Tanto Tomeu como Alba Ripoll tienen un dilatado bagaje en el slam, llegando a proclamarse campeones de Mallorca. Para Tomeu, que ha publicado otros tres libros de poesía, “el slam es también speech, monólogo o humor; en él caben muchos estilos y todo es slam, mientras que no todo es poesía”.
Por ello ‘Herencia (Una guerra generacional sobre 16 cadáveres poéticos)’ se aleja formalmente de ese formato para convertirse en un diálogo de más de una hora de duración que aborda muchísimos temas de la realidad con la intención de “cambiar el mundo”. Es un híbrido de poesía y teatro en el que la incontenida amalgama de figuras retóricas que cae sobre el espectador contrasta con una puesta en escena austera, mínima. El buen uso de las luces y la música de fondo compensa las carencias interpretativas de los dos poetas, incapaces de dar transmisión a un texto tan profundo y de calar entre un público que eligió en su mayoría ver el partido de liga por televisión. Un cóctel de verso libre tan denso como ‘Herencia’ debe ser paladeado con detenimiento y los actores —si se apuesta por recitarlo— han de realzarlo para poder ser catalogado como teatro, además de poesía. Una vez más, por desgracia, el fútbol ganó por goleada a la cultura.
J.J. Huertas.
EL PILÓN DE LAS PANTEZUELAS
En atardeceres primaverales
de parada, pilón y abrevadero,
tus mansas aguas de fondeadero
aflojaban riendas de los ramales.
Y te veíamos los colegiales
apostados en el embarcadero,
de niños coruchos en el sendero
habituado al trato con animales.
Y nos veíamos ya de mayores
entre mulas carros y vertederas,
manos agrietadas por las manceras;
hablando del campo y sus pormenores,
contemplado el agua de los pilones,
taberna del burro y sus libaciones.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
ANTIGUOS DICHOS DE LOS CORUCHOS
Siendo yo niño decían
en Cenicientos los viejos:
“No miraos en espejos
de azogues que oscurecían”.
Lerdos aquí deslucían
la Buvera y sus roquedos
enredados en enredos
sin saber cinchar la cincha,
eran burro que relincha
y la cinchaban a pedos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho