
- Estos trabajos suponen la habilitación del último tramo, 310 metros de senda, de la ruta que une el paraje de la Dehesa Boyal con el Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama.
La adecuación de la senda que permite la unión entre el arboreto y el mirador de #SevillaLaNueva, situado en el parque municipal ‘Víctimas del Terrorismo’ con el camino ya existente que discurre por la Dehesa Boyal, Charcas y Bañuelas, tiene como objetivo la habilitación de un camino de 310 metros de recorrido que mejore la conexión peatonal del casco urbano con este paraje natural.
La Consejería de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, con la colaboración del Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama y su Entorno y el ayuntamiento de Sevilla la Nueva, ha aprobado estas actuaciones que suponen la habilitación del último tramo de una ruta que une en su totalidad nuestra Dehesa Boyal con este espacio natural protegido.
Con esto, se pretenden ampliar las posibilidades turísticas e incentivar la práctica de actividades saludables y al aire libre como el senderismo o las rutas en bicicleta por las maravillosas zonas verdes de nuestro término municipal y alrededores.
LAVADEROS DE LOS CAMPOS CORUCHOS
En rupestres lavaderos
de manantiales ignotos,
desde los tiempos remotos
tenían sus tendederos.
Covanillo a la cintura,
llenos de ropas revueltas,
ya cansadas, ya resueltas
en busca del agua pura.
Las charcas en el invierno
tapizadas por el hielo,
con visión de desconsuelo
producían frío interno.
En el borde arrodilladas
del pastizal de las charcas,
se destacaban las marcas
sobre las manos hinchadas.
Sobre una lancha la ropa
vigorosas la lavaban,
y ver que pronto acababan
y en casa cocer la ropa.
La tendían sobre arbustos
o sobre piedras roqueñas,
dédalos de nuestras Peñas
arquitectas de sus gustos.
En pompas vuelto el jabón
deslizaba la corriente,
corriendo a tambor batiente
arrastrando algún calzón.
Los campos eran ornatos
de mujeres lavanderas,
adorno de sus praderas
narradoras de relatos.
Las charcas en primavera
circundadas por las flores,
explosión de los colores
alfombrando su ribera.
Las alegres campanillas
y las blancas margaritas
y plantas hermafroditas
mosaico de maravillas.
Lavanderas bajo “El Puente”,
que os contempló en el trabajo,
deslizándose hacia el Tajo
siempre que tuvo corriente.
En el “Mancho”, lavanderas
y también en “Canto el Guarro”,
donde siempre tuvo barro
y jamás hubo veredas.
Los covanillos colmados
con la ropa bien oliente,
volviendo resplandeciente
a los tálamos amados.
Ropas airearon vientos
sobre las pardas campiñas,
y adornaron nuestras viñas
atuendos de Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho