- Mar Nicolás, concejal de Seguridad Ciudadana: “Hemos redoblado esfuerzos para gestionar con la mayor eficacia la seguridad y garantizar el disfrute tranquilo de todos los vecinos”.
El municipio de Brunete ha vivido una de las noches de fin de año más tranquilas y seguras de los últimos años, habiéndose registrado tan solo 3 intervenciones por temas menores, a pesar de la alta afluencia de vecinos a los diferentes lugares abiertos para festejar la Nochevieja.
La Plaza Mayor de Brunete se convirtió en el lugar de concentración preferido por los vecinos, con una afluencia masiva a los bares y restaurantes donde se celebraba la Nochevieja. A pesar de hallarse con el aforo completo y las zonas aledañas muy concurridas, solo se registraron 3 intervenciones por causas menores, en toda la localidad.
Según explica la concejal de Seguridad: “Además de reforzarse el número de efectivos de Policía Local y de coordinar el dispositivo de Seguridad con Guardia Civil y Protección Civil, se ha trabajado notablemente en la labor de prevención y concienciación de conductas responsables, como el consumo controlado de alcohol, la prevención del consumo de drogas, y el fomento de un divertimento sano y responsable”.
AQUEJADO DE DOLORES
Aquejado de dolores
de supuesta enfermedad,
se impuso la voluntad
del enfermo en sus temores.
De pócimas y brebajes
le daban las medicinas,
hierbecillas campesinas
de los coruchos paisajes.
El médico fue llamado
a petición del enfermo,
que se hacía un estafermo
con la Parca desposado.
Los hermanos en un círculo
rodeaban a los dos,
pensando: “¡Válganos Dios,
cuánto nos costará el vínculo.
Le tomó el puso el galeno,
la lengua le examinó,
y a los ojos le miró
y su dictamen dio al pleno.
“Precisa de medicinas
y buena alimentación,
y acabar su postración
sopicaldos de gallinas”.
Se gastaron veinte duros
en recetas de botica,
y el mal aquel que no abdica
y progresa tras sus muros.
Van los hermanos que bufan
viendo el diezmar de gallinas,
maldicen viéndose en ruinas
y del enfermo se atufan.
“¡Galbana es lo que tú tienes!”,
continuo le echan en cara.
“Y ese mal se te enmascara
porque echado te mantienes.
“Coge el azadón y el pico,
coge el hacha y el podón,
y luego a continuación
aparejas el borrico”.
“Porque después de gastados
veinte duros nada menos,
trae leña y así al menos
no esteremos tan pasmados”.
Pues enfermo que no sana
ni gala hace de salud,
ha de tener la virtud
de morir sin salir rana.
“No es el trabajo el que mata”
dijeron en Cenicientos
coruchos muertos a cientos,
más nuca dieron la lata”.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho