El Sufragio Universal es un derecho que todos damos hoy en día, al menos en los países occidentales y democráticos, como algo sabido y seguro, pero hubo un tiempo en el que este puntal fundamental de la Democracia actual no existía… y no hace tanto tiempo de ello. Clara Campoamor y Victoria Kent, dos mujeres adelantadas a su tiempo y muy preparadas para vivir en la España de comienzos del Siglo XX, donde las mujeres estaban destinadas a labores de hogar y pequeños trabajos de asistencia, se convirtieron en leyenda hace ya más de 70 años, un 1 de octubre de 1931, cuando protagonizaron un mítico debate en las Cortes de la II República. La Kent, seria y firme en sus convicciones, afirmaba que las mujeres no estaban preparadas para votar y que lo harían en base a las opiniones de los hombres que circulasen en su entorno (maridos, confesores, padres…) mientras que la Campoamor, de tendencias más libertarias y no menos firme que su compañera de profesión, -ambas compartieron promoción y fueron las primeras mujeres en cursar derecho en una universidad española- opinaba que el voto debería abrirse a todo el mundo, ya fuese hombre y mujer, pues si las unas no estaban preparadas no entendía por qué los hombres no debían estarlo igualmente para ello.

 “Claravictoria”, una obra de la compañía teatral La Otra Isla, escrita por Fernando Becerra y protagonizada por Diana Ramírez y Estela Perdomo es un alegato feminista a favor de la mujer, de la igualdad y de la fidelidad de la historia. Una obra de teatro que se pudo disfrutar en el Auditorio Municipal de Aldea del Fresno el pasado sábado 17 de octubre de manera totalmente gratuita gracias al ayuntamiento de Aldea y de la Mancomunidad Los Pinares y que toma partido por la Campoamor, clara protagonista de la historia, pero que a través de un viaje metaliterario que nos hace transitar a través de la historia, de los ideales y del propio guión escrito que rompe la cuarta pared en más de una ocasión durante la función, propone algo más que disfrutar de un buen espectáculo, nos propone pensar por nosotros mismos, tomar partido por nuestras ideas y comprender todo el ambiente que hubo de rodear un debate que algunos creen que fue el último detonante que puso en marcha la temible Guerra Civil Española…

 Y es que, haciendo un poco de historia, Clara Campoamor venció el debate y la votación posterior, las mujeres pudieron votar en las siguientes elecciones y como muchos pronosticaban, incluida la propia Victoria Kent, la derecha barrió en las elecciones y todo se precipitó de manera vertiginosa hasta lo que vino después. La obra no llega a tanto, aunque sí que nos da algunas pinceladas de las ideas propias del guionista, director y actor, conjugadas con las que nosotros mismos nos hacemos o llevamos preconcebidas de antemano.

 Un espectáculo de lo más divertido e interesante con el que reírse mucho y pasarlo muy bien en el teatro, pero que además ofrece ese poso añadido de pensar en todo lo que nos ha contado, de imaginar lo que habría podido ser, de indagar furtivamente en la historia de dos grandes mujeres a las que vemos perfectamente representadas por las dos actrices, en cuya voz llegamos a escuchar los discursos originales que ambas esgrimieron desde sus tribunas y que acabó con la victoria del Sufragio Universal en aquella endeble democracia española anterior a la Guerra Civil.

 Un gran espectáculo teatral que bien podría mostrarse a nuestros alumnos y alumnas de Educación Secundaria, para que comprendiesen algo mejor todo lo que nos ofrece hoy la Democracia y todo lo que hubo que luchar para algo tan evidente y tan seguro a día de hoy, al menos en España, como el voto libre y secreto de hombres… y mujeres.

Javier Fernández Jiménez.