El periódico mensual independiente y gratuito de la Sierra Oeste de Madrid y alrededores lleva en la portada de su edición impresa correspondiente al mes de julio 2021 (Nº 162) una foto de Rocío del Alba García compitiendo en las olimpiadas de Tokio pues todo Villa del Prado celebró la actuación de su corredora.

Espíritu olímpico

Parece ser que en realidad fue Ethelbert Talbot quien dijo aquello de que ‘lo importante no es vencer, sino participar’, aunque la frase se le ha atribuido siempre al barón Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos. Coubertin, inspirándose en la doctrina del cristianismo muscular y su búsqueda de la perfección espiritual por medio del deporte y la higiene, se propuso hermanar a los deportistas de todo el mundo, sin ánimo de lucro, por el simple deseo de competir. Se creaba así un estilo de vida mezclando el deporte con la cultura, la educación y la cooperación internacional; se basaba en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo, la responsabilidad social y el respeto a los principios éticos fundamentales.
El barón vio su sueño hecho realidad en la primavera de 1896 cuando se clebraron los Primeros Juegos Olímpicos Internacionales de Atenas. Desde entonces y con la salvedad de las dos Guerras Mundiales y con la ausencia puntual de algún país durante los boicots de la Guerra Fría las Olimpiadas se han celebrado siempre durante todo el siglo XX y lo que llevamos del XXI.
Un acontecimiento de esa magnitud no deja indiferente a nadie, por ello no es extraño que el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial haya colocado una pantalla gigante para seguir las evoluciones de Lucía Rodríguez en la semifinal de los 5.000 metros del 30 de julio; o que Villa del Prado saliera a la calle para apoyar a su ciclista Rocío del Alba García; o que a Niko Shera lo alentara todo Brunete. El apoyo de la afición da alas.
Independientemente del resultado final, el mero hecho de llegar a competir en una olimpiada es un triunfo al alcance de muy pocos. En Tokio se están viendo gestos inusuales. Por primera vez se cuestiona el estado mental de los deportistas que, producto de un titánico y continuado esfuerzo, llegan a a la extenuación más deshumanizada solo por el ansia de superación. Además, con el ojo puesto en la quinta ola del coronavirus, en Japón se ha decidido tajantemente vaciar las gradas de espectadores en aras de la seguridad sanitaria. Justo antes de ese brote de la pandemia, el estadio de Wembley se abarrotaba de público en la final de la Eurocopa de fútbol con la anuencia de unas autoridades más preocupadas en lograr el título de campeón para su país que en la salvaguarda de la salud de sus súbditos. El fútbol, presente en Tokio, es sin duda cada vez más un espectáculo y menos un deporte.
Sobre todo ahora necesitamos apelar al espíritu olímpico y competir en buena lid. De una vez por todas tenemos que limar diferencias y formar un equipo competitivo que pueda salir ganador de la ardua batalla que llevamos año y medio librando contra una enfermedad que se está llevando miles de vidas por delante.

Rocío Dinamita hizo historia en Tokio

Puede que estemos ante uno de los éxitos más grandes que ha dado hasta el momento el deporte base de la Sierra Oeste de Madrid, y es que una de sus jóvenes deportistas, Rocío del Alba García Martínez, o “Rocío Dinamita” como la llaman muchos en la localidad, que arrancó su carrera con solo 7 años en el club Unión Ciclista de Villa del Prado y es la actual Campeona de Madrid y Campeona de España en su especialidad ha sido la primera deportista pradeña en acudir a unos Juegos Olímpicos, un espaldarazo a la labor deportiva de muchas personas desde hace muchos años y, a buen seguro, un ejemplo para muchas niñas y para muchos niños que seguirán compitiendo y aprendiendo sobre su deporte favorito con las mismas ganas e ilusiones que hasta ahora, pero que saben ya que, con esfuerzo y sacrificio se pueden conseguir metas realmente impresionantes.
El municipio no quiso perder la oportunidad de reunirse para celebrar la presencia de Rocío en Tokio y dispuso todo lo necesario para celebrar un día histórico e inolvidable. Una pantalla gigante en la Plaza Mayor ha reunido al amparo de la Torre de la Iglesia de Santiago Apóstol a muchos de los vecinos del municipio, familiares de Rocío y a pequeños deportistas de la bicicleta. La carrera se complicó y el podio quedó muy lejos en esta ocasión, pero el éxito, en palabras del alcalde de la localidad, Héctor Ortega y de casi cualquier pradeño con el que se hable en estos días “es haber estado ahí, habernos hecho vibrar a todo el pueblo y haber llegado tan lejos”.
La carrera se celebró el martes 27 de julio y aunque en un principio no se esperaba que Rocío pudiese optar a medalla en su primera participación en los Juegos, la sorpresa del Bronce de David Valero el día anterior, animaba a que las ilusiones estuviesen en todo lo alto. No pudo ser, la propia Rocío, muy emocionada y al borde del llanto, contaba desde Tokio los problemas que la han relegado hasta la 26ª posición. “Tuve una caída muy fea reconociendo el circuito antes de salir y no he fluido nada por el mismo durante la carrera. Estaba lleno de barro, patinaba mucho… Pero no hay excusas, no ha sido el día deseado. Además, he partido la Boa de la zapatilla y he tenido que cambiarla. Me vale para coger experiencia, esto acaba de empezar”.
Sea como fuere y como dice la propia ciclista, que está a punto de cumplir 24 años, esto acaba de empezar, esta primera participación ha resultado una gran experiencia. Quedan tres años para los Juegos Olímpicos de París 2024 y aunque hasta entonces quedan muchos campeonatos, carreras, entrenamientos y momentos que vivir, esperamos que Rocío tenga una nueva oportunidad de llevar la bandera de Villa del Prado y de la Sierra Oeste de Madrid a lo más alto.

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