Juntas

El 25 de noviembre todos estábamos llamados a la lucha contra la violencia que se ejerce sobre las mujeres y reclamar políticas para su erradicación. La convocatoria fue iniciada por el movimiento feminista latinoamericano en 1981, en conmemoración de la fecha en la que fueron asesinadas las tres hermanas Mirabal en 1960. Según datos de las Naciones Unidas, el 58% de las mujeres asesinadas en 2017 lo fueron por sus parejas, exparejas o familiares.
En España son ya 1.118 asesinatos desde el 1 de enero de 2003 (fecha en la que se empezó a contabilizar) hasta el día de hoy, 37 en lo que va de año. A pesar de la insistencia de las autoridades en la necesidad de que las víctimas presenten denuncia para poner en marcha los recursos de intervención, siguen siendo pocas las mujeres que dan ese paso lo que confirma que quedan aún muchas barreras por superar. Hacen falta recursos para poner en práctica y evaluar las medidas legales, el funcionamiento de los juzgados especializados en violencia machista y la aplicación de los mecanismos de protección. Por ello la ciudadanía se ha movilizado para lograr una mayor concienciación social y ha salido a la calle para apoyar esta causa que nos concierne a todos. En la imagen, vecinos de Navalagamella el 25-N. (FOTO: Frédérique Létienne).

Contra el machismo

Cerrando esta edición de noviembre justo un 25N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, hemos querido dedicar este número a la lucha contra el maltrato machista, una plaga que existe desde el principio de los tiempos, como refleja la Biblia con el relato –por poner un ejemplo– del levita y su concubina, narrado en el libro de Jueces, capítulo 19. Tras siglos y siglos de lucha es hora de lanzar un mensaje de reconocimiento a la genealogía feminista trazada por todas aquellas que “están y han estado siempre en esta lucha, desde las primeras asociaciones que se crearon tras el franquismo contra los malos tratos”, como ha declarado la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, así como a las que lo siguen haciendo en el presente y a las que lucharán en el futuro. “Las actuales responsables de estas políticas nos consideramos herederas, nietas y acreedoras de esas luchas”, clamaba Rosell.
Lo cierto es que el 7 de noviembre en Cádiz fue asesinada una mujer por violencia de género y que en lo que llevamos de 2021 han sido asesinadas un total de 37, 1.118 desde 2003; en el mes de octubre, dos menores quedaron huérfanos por violencia de género en nuestro país y tres durante el presente mes de noviembre. Las cifras de menores huérfanos por violencia de género ascienden a 24 en 2021; y 330 desde 2013.
Son números escalofriantes que –nunca nos cansaremos de decirlo– deben remover nuestra conciencia. El número de jóvenes que niega la violencia de género se está disparanado: el 20% de chicos asegura que es un “invento ideológico” y la cifra ha crecido desde 2017 según el último barómetro del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, realizado el pasado septiembre. No debemos olvidar que determinadas formaciones políticas hacen gala con demasiada asiduidad de su negacionismo sobre la violencia machista. Si no nos involucramos todos y todas en esta lucha jamás lograremos la victoria sobre este machismo violento que no cesa.

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