Uno de los poquísimos municipios de la Comunidad de Madrid que no tiene convenio con el Canal de Isabel II.

Desde tiempos inmemoriales el agua ha sido determinante en la historia aldeana. Ya los árabes y los romanos, grandes conocedores del líquido elemento, tomaron Aldea del Fresno como asentamiento y utilizaron su agua; de aquella época todavía quedan restos visitables, como la Noria Árabe junto a la iglesia. En tiempos mucho más recientes sirvió de energía potencial para accionar los molinos y producir harinas para muchos de los municipios circundantes. Durante los años 60 el turismo asociado a la Playa del Alberche aceleró la economía del municipio y su desarrollo.
El agua potable o de bebida sigue siendo a día de hoy el gran recurso y el gran tesoro de los aldeanos. Su agua, de perfecta calidad, es la envidia de muchos otros pueblos. Desde tiempos antiguos los aldeanos han bebido su propia agua, inicialmente de manantiales como El Caño que sigue fluyendo y posteriormente de la red de agua municipal.
Aldea del Fresno es uno de los poquísimos municipios de la Comunidad de Madrid que no tiene convenio con el Canal de Isabel II a nivel suministro de agua de consumo y continúa teniendo sus propias aguas.
Cuando el municipio era una verdadera aldea con solo un puñado de habitantes, ya existía un pequeño depósito situado en el casco urbano. En la época de los años 60-70, con la ampliación del casco, se construyó otro depósito de mayor tamaño en la zona de María Elena y pocos años después, siendo alcalde Ángel Hernández, se acometió la gran obra hidráulica y construcción del tercer depósito, que posicionó al municipio en lo más alto del abastecimiento de aguas en aquella época.
Actualmente los vecinos cuentan con un formidable suministro de agua, que en varias ocasiones el propio Canal de Isabel II ha querido absorber sin conseguirlo. El impresionante sistema cuenta con 5 galerías subterráneas de acero inoxidable filtrantes, algunas de ellas muchos metros bajo el cauce del río Alberche (que captan aguas que corren en superficie) y otras bajo el terreno más alto del municipio (que captan aguas minerales), todas ellas situadas en el lugar donde se situó el principal manantial que generó, allá por el Pleistoceno, el fenómeno de captura fluvial que cambió definitivamente el cauce del Alberche (Google/Wikipedia: “captura fluvial río Alberche”). Dichas galerías suministran el agua a un gran pozo central que permite regular la proporción superficial-mineral mediante compuertas accionables. Tres bombas sumergidas de 100 CV de potencia elevan el agua, telecomandadas por un sistema vía radio, a más 2 kilómetros hasta el depósito actual, en la zona más alta al sur del municipio.
El enorme depósito de agua, que se vacía y limpia anualmente, se encuentra sobredimensionado y además preparado para duplicar su capacidad; en él las aguas son tratadas y cloradas para su posterior salida por caída libre hacia la red de distribución a todos los hogares.
La calidad del agua es indiscutible. Se realizan mediciones diarias de cloro y pH, además de 13 análisis más profundos semanales y mensuales, tomando muestras de grifos, de control de salida del depósito y de puntos de red de distribución, que se complementan con dos grandes analíticas anuales en las que se determinan todos los valores, como metales, metaloides, minerales, arsénico, etc. Además de todo esto, la Comunidad de Madrid realiza análisis aleatorios durante el año.
Dicha calidad se consigue uniendo tradición y tecnología: El agua se filtra hasta la captación a través de muchos metros de finas arenas de manera natural y se mejora mediante decantación en el propio pozo; una vez en el depósito, el agua es tratada con hipoclorito sódico especial para bebida mediante la constante recirculación interior del mismo. Una central digital, instalada hace muy pocos años, chequea el pH, el cloro, la temperatura y todas las funciones de la potabilizadora y del depósito. Si un solo factor variase hasta salir de su rango, o fallase el suministro eléctrico, inmediatamente la instalación avisaría tanto al concejal de Sanidad, Javier Díaz-Guerra, como a mí mismo en calidad de concejal de Seguridad, por vía SMS o telefónicamente. Dado este caso, inmediatamente el personal de guardia acude a revisar el problema, si no pudiera solucionarse contamos con una empresa que se encarga de ello y que además revisa el equipo cada 15 días. El sistema es tan sofisticado que desde un ordenador o incluso desde el teléfono de los concejales se puede variar cualquiera de los rangos de trabajo o de las variables químicas del agua. El equipo avisa a su vez de los niveles de llenado del depósito y de averías en las bombas de recirculación.
Los aldeanos pueden sentirse tranquilos porque desde hace al menos 12 años no se ha producido ningún corte del suministro de agua debido a la calidad de ésta. Conviene aclarar que la presencia elevada de cloro residual libre podría ocasionarse puntualmente debido a tuberías lineales con poca demanda de agua o zonas con instalaciones no cerradas en anillo y que se evita dejando correr unos instantes el agua.
Actualmente el Ayuntamiento sigue invirtiendo en su tesoro, renovando constantemente la red general de aguas poco a poco, acometiendo por orden las calles más antiguas, con peores tuberías o con mayores problemas. Ya se sustituyeron las columnas de aspiración del pozo y este mismo año está presupuestada también la obra para sustituir y mejorar los colectores de la captación-elevación de agua así como la seguridad del propio pozo.

Guillermo Celeiro. Primer teniente de alcalde y concejal de Seguridad, Hacienda, Turismo y Atención al Ciudadano de Aldea del Fresno.