- La obra sobre el problema de los refugiados ‘Lo que sucedió un mal día’ remueve conciencias entre el público.
El 30 de septiembre arrancaba en el Centro Cultural de Cenicientos el ciclo de representaciones que bajo el título de La solidaridad a escena llevará a varios pueblos de la Sierra Oeste y del Valle del Alberche las actuaciones de una decena de compañías de teatro aficionado y que se prolongará durante todo este otoño que acabamos de comenzar.
Para la inauguración de este festival de ayuda a los refugiados se proyectó un vídeo en el que se daba a conocer la labor de la Agencia ACNUR atendiendo las necesidades de muchas personas que han tenido que huir de su tierra a causa de la guerra, la persecución o la violación de derechos humanos. La recaudación de las taquillas se destinará íntegramente a esta ONG.
Acto seguido se presentaron las diversas compañías que participarán en La Solidaridad a escena y se estrenó la tragedia, escrita y dirigida por Andrés Ruiz, Lo que sucedió un mal día en la que el Grupo de Teatro El Cornetal cuenta al espectador las penurias de dos familias que se ven obligadas a abandonar sus hogares a causa de la guerra. Durante la hora que dura la representación se mantiene un gran pulso narrativo que fija la atención y conmueve la sensibilidad y la conciencia del público. Utilizando la sencillez escenográfica Andrés Ruiz prioriza su oficio de dramaturgo sobre el de director de un elenco que por momentos representa personajes y por momentos se encarna a sí mismo, ¿ficción o realidad?, un cambio de plano que adereza de originalidad este ejercicio de puro teatro. La función coral está salpicada de frases lapidarias extraídas de noticias reales que toman cierto tono poético y que, aun sin estrofa ni ritmo lírico, llegan a lo más profundo del corazón alcanzando momentos de gran dramatismo. Con humildad y respeto se aborda el problema de familias “como la tuya y la mía” (como se canta en la pegadiza canción que suena durante toda la obra) que a veces vemos lejano, sin darle la importancia que merece. “¡Claro que queda gente con corazón!”, dice uno de los personajes y en buena medida Lo que sucedió un mal día llega a lo más profundo del espectador removiendo su conciencia. Tras el estreno muchos de los asistentes secaban sus lágrimas en clara señal de que el mensaje había calado entre los asistentes con el alivio de que la palabra ‘esperanza’ resonaba aún en sus cabezas.
Un magnífico inicio —para un festival que concluirá el 12 de diciembre en Villa del Prado— que demuestra que nuestras compañías de teatro aficionado son capaces de regalarnos con espectáculos más que dignos y que bien merece la pena perder un rato de la noche para disfrutar de obras como esta.
EL CORNETAL Y SU FRONDA
El Cornetal y su fronda
visto desde mi ventana
al despuntar la mañana
es acogedora fonda.
El pinar peinado en onda
es peinado por el aire
un poco como al desgaire
pero a Cenicientos tiene
y le abriga y le mantiene
bien cubierto y al socaire.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
MARÍA PILAR ZURDO DÍAZ
Donde quiera que estés,tu recuerdo va conmigo, amiga.
Fue una corucha preclara
que se nos fue prontamente,
de privilegiada mente
fugaz como el agua clara.
Pese a que poco durara
su recuerdo es imborrable
y es deber indeclinable
que te recuerde el amigo
que participó contigo
en un tiempo memorable.
A pesar de sus dolores
y su permanencia en cama
era del roble una rama
del árbol de sus amores.
Operaciones y horrores
soportaba su columna,
y ella como buena alumna
era estoica en su estoicismo
de un singular heroísmo
de las de Hércules columna.
Profundamente creyente
su esperanza la cifraba
en la Virgen que la amaba
y en el fervor de su gente.
Ingeniosa y ocurrente
y rodeada de amigos
espectadores testigos
de su sonrisa radiante,
y ser de la vida amante
y amapola de los trigos.
Y cuando entró en la agonía
y vio a la muerte de cerca
vio a sus pinos de La Alberca
y a su arroyo de agua fría.
Y la muerte que venía
resuelta con su guadaña
en la silla de espadaña
se sentó, y con gran respeto
le susurró en un secreto:
-¡el llevarte a ti me daña!
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho