Juan Collado, natural de Navalcarnero y perteneciente a la Escuela de Tauromaquia de Navas del Rey, ha sido declarado ganador del I Certámen de Novilleros sin picadores “Torreón de Bronce 2017”, convocado por el Ayuntamiento de la localidad madrileña para fomentar la cantera y premiar al aspirante más destacado en los festejos que componen su Feria Taurina.
La elección ha sido unánime entre los miembros del jurado compuesto por el alcalde de Navas del Rey, representante de la Comisión de Festejos, presidente de la Asociación Cultural Taurina, presidente de las novilladas y portavoz de la empresa organizadora.
El premio consiste en garantizar la presencia del triunfador en la próxima Feria Taurina de la Villa aunque haya debutado con picadores, además de recibir el trofeo que le acredita como ganador, durante la gala de entrega de premios organizada por la Asociación Cultural Taurina de Navas del Rey a celebrar el próximo 25 de noviembre.
El trofeo ha sido diseñado y creado expresamente para la ocasión, siendo una fiel reproducción del Torreón que se encuentra en la zona norte del municipio.
LA LITURGIA DEL TRAJE DE LUCES
Bajadas las persianas
resalta la montera
sin luz en las ventanas
y el toro ya a la espera.
Entra el mozo de espadas
y al diestro le despierta
tardes acaloradas
de afición a la puerta.
El diestro se levanta
despereza y afeita
y algún temor espanta
si en triunfo se deleita.
El mozo en mano tiene
la estrecha taleguilla
y una silla sostiene
flamante chaquetilla.
Liturgia de la gloria
al embutir el traje
que tal vez haga historia
oculta en su ropaje.
Las medias son de seda
y a tono va el fajín
y al conjunto le queda
al cuello el corbatín.
Camisa con chorreras
luz en los alamares
brillantes las hombreras
que alejan los pesares.
Negras las zapatillas
topacio los tirantes
huyen las pesadillas
de toreros triunfantes.
Colgantes van los machos
que dicen del valor
y son yelmo y penachos
en campos del honor.
La coletilla puesta
probada la montera
ya tiene la respuesta
y toda duda fuera.
Ante el altar se inclina
que tiene improvisado
la intervención divina
nunca la ha desechado.
Con capotillo en mano
con el que hará el paseo
el torero va ufano
al coso del deseo.
Los trajes de la terna
del arte y de la muerte
viven la pugna eterna
del Dios reparta suerte.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL MIEDO INSUPERABLE DEL TORERILLO
A Ángel María de Lera y sus “Clarines del miedo”.
Un torerillo en la plaza,
en la plaza de madera
que estaba en la Corredera,
desesperado se emplaza.
Asido por la tenaza
del refugio en la barrera,
y gritos de fuera, fuera,
frena el pavor y atenaza.
Aferrado al burladero
con la angustia en la mirada,
con el toro en el anillo.
Vio su momento postrero,
y su carrera frustrada,
amargado y amarillo.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA PLAZA DE TOROS DE LA CORREDERA
“Debuté en Almorox y al día siguiente toreé en Cenicientos”.
Domingo Ortega
Maderas, pilares, clavos, martillos,
ensamblaban a sólidos tablones,
trasuntos de pasión de unas pasiones
con la entrada a la plaza en los bolsillos.
Por allí rotación de coruchillos
con la importunidad de moscardones,
mimetizados con los corazones
de unos innominados torerillos.
La plaza iba tomando un sesgo en forma,
que al ruedo le embutía torera horma,
la Corredera acuífero sudoso
de corucha afición en los tendidos,
viendo a diversos espadas imbuidos
del toreo de Ortega en aquel coso.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
FÉLIX COLOMO DÍAZ
Diestro de Navalcarnero
que armó una revolución
un día de la Ascensión,
con auspicios de torero.
Pero el tiempo venidero
con suma de imponderables
de metas insuperables,
mala suerte o las cogidas,
gravedad de las heridas,
y adiós virtudes loables.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho