La bodega San Esteban Protomártir de Cenicientos ya tiene su vino rosado dulce. “Capricho Rosa” es el nombre escogido para este nuevo caldo que se ha presentado en la cooperativa corucha, un vino pensado para todos los públicos, pero en especial para quienes se están “iniciando en el mundo del vino”, como indica su presidente, Pedro Puentes Recamal.
“Queremos hacer un vino de calidad y abarcar el mayor segmento posible de la población”, afirma Puentes, que reconoce que el objetivo marcado por la entidad que preside es ampliar la variedad de productos disponibles en la bodega. De esa inquietud por llegar cada vez a más gente y de innovar nace “Capricho Rosa”, nombre que responde a un “capricho que teníamos los viticultores de Cenicientos desde hace tiempo y que, después de un año de pandemia”, por fin se ha hecho realidad. “Aunque estemos en momentos difíciles, la Junta Rectora piensa que son buenos tiempos para hacer cosas nuevas y eso es lo que vamos a tratar de hacer, sacar derivados que creemos que van a gustar para llegar a más público, partiendo de nuestra base, que es una garnacha centenaria” de la que ya se obtienen unos caldos de gran calidad. Y es que Cenicientos presume de ser “la capital de la garnacha de la zona”. En palabras de Puentes, la variedad de uva garnacha corucha “es la mejor con diferencia” por las características y el clima en el que se cultiva, a más de 700 metros de altura y en tierra arcillosa, lo que conlleva que estos vinos sean los de “más capas de color, más graduación y más aromas de la zona”.
En la elaboración de este nuevo producto participó también la enóloga Eva Martín, que auguró una muy buena aceptación en el mercado de este caldo que, en su opinión, “va muy bien en aperitivos y sobremesa”. “Este vino siempre triunfa”, afirma la experta, que reconoce que el objetivo era “hacer algo totalmente diferente” al vino rosado ya disponible pero con la misma base, ya que está elaborado con la variedad de la uva garnacha, que es la tradicional de Cenicientos, y con una fermentación controlada para la que se utiliza “control de la temperatura y una levadura seleccionada”. El nuevo vino tiene alrededor de 70 gramos de azúcar, que es lo que le hace totalmente diferente a los vinos secos tradicionales de la bodega San Esteban.
La venta de este nuevo producto, que tiene un precio de 3 euros cada unidad, ha comenzado a buen ritmo en la cooperativa. Con una producción inicial de 1.200 botellas, se podrían embotellar hasta 25.000 botellas a medida que se vaya popularizando. Con “Capricho Rosa”, los vinos de Cenicientos, pertenecientes a la Denominación de Origen (D.O.) Vinos de Madrid, incorporan un nuevo aliciente en su catálogo, que espera ser ampliado próximamente con nuevos productos como vinos de reserva o barrica con los que seguir dándose a conocer entre el público madrileño.
La bodega, que está adherida a la asociación ‘Madrid Enoturismo’, participa en todas las ferias y eventos del vino en la Comunidad de Madrid y cercanías y es uno de los atractivos turísticos de Cenicientos, donde organiza visitas a sus instalaciones, rutas turísticas por las zonas de viñedos, catas y comidas en restaurantes del municipio.
Sergio Lizana Calvo.