De ellos aprendimos la torería y el respeto por la profesión, por eso nunca me cansaré de compartir esta imagen acompañada de unas sinceras palabras.
Llegada esa edad, estos hombres eran el fiel reflejo de veteranía, experiencia y torería. El banderillero se está santiguando, está ensimismado, la foto es tan torera que parece de otro tiempo, Montera bien calada, Castañeta de las antiguas.
El Torero no ha querido disimular el paso del tiempo, tiñendo su pelo, su pelo está blanco como la pureza y la afición de sus sentimientos porque hay que tener mucha afición y ser muy Torero para ponerse delante de un toro con cierta edad, mis respetos para esos hombres que apenas veo ya en un patio de cuadrillas, siempre contaron con mi admiración y respeto, prefiero ver la imagen de un Torero así que no la de un banderillero muy jovencito que apenas luchó por ser Torero y que algunos están tan delgados y son tan jóvenes que cuando llegas al patio de cuadrillas no distingues entre matador y banderillero. ¿Qué no habrán visto los ojos del TORERO de esta foto?

Julián Maestro.