Hace solo unas horas que fallecía en el Hospital Virgen de la Poveda de Villa del Prado Pilar Arias Casado, uno de los motores de la cultura de la Sierra Oeste de Madrid y una de esas voces cálidas que arropan y apoyan, que empujan y hacen camino, aunque no sea sencillo, aunque apenas se vea, aunque no destaque demasiado. Se ha ido Pilar, una mujer comprometida y muy querida, como demuestran todas las palabras cariñosas que se pueden escuchar y leer sobre ella en estos días. Se ha ido una de las promotoras de las Jornadas Cervantinas y de la Solidaridad a Escena, tan dispuesta y fuerte, que incluso sin más componentes que ella misma, decidió que su asociación participaría, como lo hizo, de una manera contundente y atrevida, poniéndose en la piel de una de las protagonistas de El color de agosto en San Martín de Valdeiglesias. Se va la creadora de espacios culturales radiofónicos como Poesía en las Ondas o Teatro en las Ondas, su última aventura en la radio, su empeño por llevar el teatro a los micrófonos, para lo que contó, esta vez sí, con un nutrido grupo de compañeros. Se va la poeta escondida, la escritora infantil en ciernes, la colaboradora y protagonista cultural en Cope Pinares o Radio 21, se va una de las impulsoras de la asociación “Entre lo divino y lo humano”, de encuentros entre teatro, poesía y cualquier actividad cultural que lo precisara, se va Pilar, siempre ternura, aun en la protesta.
Se va una dama de la cultura de la Sierra Oeste, todo empeño y corazón, un empuje vital, un motor. Pilar amaba la cultura, el mundo que la rodeaba, los que estábamos cerca podríamos sentir cuánto amaba lo que hacía. En nuestra Comarca deja familia y amigos, quizás fuésemos todos considerados un poco familia para ella. Se nos ha ido Pilar, su voz cercana y dulce, sus ganas de contribuir y colaborar, la reflexión repleta de un toque de cabezonería. Se nos va una poeta por descubrir, autora de estos versos que publicaba hace unos días una gran amiga suya, Mariana Feride:
Espera corazón, no tengas prisa
Deja que tu latir apasionado
Dé rienda suelta a la belleza.
Mientras yo siga buscando
La verdad en las promesas,
No enredes en ocultos laberintos
No vaya a ser que el desorden de lo injusto
Descubra la fealdad que hay en el mundo
Restándole paz a mi existencia.
Deja al menos que en mi mente se vislumbre
al contemplar tanta belleza,
un reflejo de amor en las costumbres
de amigos que callando tanto expresan.
No ha querido esperar más el corazón de Pilar, ha preferido dar rienda suelta a la belleza, enredar un poco, comprobar el cariño que la Sierra Oeste le tenía, que todos le teníamos. Ha tenido que marcharse, Pilar, aunque como buena creadora, siempre estará presente, aunque sea un poquito, en todo lo que hagamos. Gracias por todo Pilar, espéranos dónde sea, que tenemos que montar algún sarao cultural en compañía.
Javier Fernández Jiménez.