Archive | julio, 2025

Acto de graduación en la Casa de Niños Sol y Luna

  • Desde Chapinería destacan que es “una de las mejor dotadas de la zona”.

El pasado viernes, 20 de junio, tuvo lugar el acto de graduación en la casa de Niños Sol y Luna de Chapinería. La alcaldesa, Lucía Moya, mostraba su satisfacción: “Queremos agradecer a la dirección del centro el reconocimiento al apoyo recibido por parte del Ayuntamiento, y destacar sus palabras al referirse a Sol y Luna como una de las Casas de Niños mejor dotadas de la zona”.
El centro cuenta con los recursos necesarios para ofrecer un entorno educativo de calidad; seis educadores, una cocinera, una directora, una persona encargada de la limpieza y el personal de mantenimiento cada vez que se requiere su actuación. Además, debido al creciente número de alumnos matriculados cada año el centro cuenta con doble turno de comedor, una medida más para asegurar el bienestar y la atención de todos los menores.

Es un proyecto basado en el juego y la experimentación que favorece la autonomía y el respeto, sentando las bases de una educación en valores desde la infancia.

Sol y Luna desarrolla un proyecto educativo basado en el juego y la experimentación, favoreciendo la autonomía y el respeto hacia la primera infancia y sentando las bases de una educación en valores desde los primeros años.
“Desde el Ayuntamiento de Chapinería seguiremos apoyando proyectos como el de Sol y Luna que cuidan el presente y siembran el futuro. Este compromiso se traduce en la dotación y mejora constante de los recursos que faciliten el funcionamiento óptimo del centro ya que somos conscientes de que invertir en la infancia no sólo responde a una necesidad social inmediata, sino que constituye una apuesta decidida por el futuro”, añadía la regidora.

Publicada el Formación, Sierra Oeste0 Comentarios

Homenajes Hosteleros: Restaurante Bar Hotel Casa Moncho, Cadalso de los Vidrios

  • Por Miguel Moreno González.

En septiembre de 1982, Ramón Martínez, Moncho, abrió el antiguo bar de Cele (calle Juan Ramón Jiménez-Ronda de la Sangre). Pasados unos días aquel bar renació de su ostracismo como el Ave Fénix. Haciendo gala de una visión prodigiosa para el negocio de la hostelería, Moncho transformó, más bien revolucionó, el adormecido ambiente del alterne cadalseño y su zona de influencia. Le bastó, a este emprendedor y noble gallego injertado en Castilla, poner con cada consumición un gratuito y generoso aperitivo: chorizo, morcilla, cortezas, panceta, jamón, croquetas, calamares, empanadillas, “salchipapas”… Hasta su llegada, el resto de bares solo ponían aceitunas, “alcahueses” o patatas fritas en ínfimas cantidades.
Al poco, todos los establecimientos se pusieron las pilas ocasionando que no solo ganaran ellos, sino también los parroquianos, el pueblo y el gremio en general. Su espléndida visión del negocio, unida a su cercanía, simpatía y amabilidad con los clientes obró el milagro. “Se va a arruinar”, proclamaron los agoreros. No solo no se arruinó, todo lo contrario, a los tres años compró el bar de “Pollito” y en noviembre de 1997 adquirió el actual bar Moncho (entonces terraza de “Mundi”). Después compró los terrenos aledaños y construyó el hotel Cadalso que anexó al restaurante y al bar, inaugurándolo en 2000. Su ubicación está en la Ronda de la Sangre.

Moncho, ofreciendo buenos aperitivos.

Su esposa, Mari Villa, tomó las riendas de la cocina demostrando su pericia, exquisitez y buen hacer en el complicado y apasionante mundo de la gastronomía. Mari y Ramón trabajaron al unísono convirtiendo su emporio en lugar de visita obligada en la comarca si se aspiraba a comer con calidad y generosidad. Antes no existía —ni existe en su admirado restorán— ese nuevo invento pijo, absurdo y ramplón de la cocina minimalista. Su concepto esmerado del servicio difunde, por encima de modas, el arte culinario de satisfacer al comensal sin engañarlo. Casa Moncho sigue distinguiéndose por sus dotes humanas y hosteleras, además de por su profesionalidad, sencillez, diligencia y honradez. Desde su fundación colabora a que Cadalso de los Vidrios sea conocido allende de nuestras pequeñas fronteras convirtiéndole así en cuasi internacional.

Moncho con sus hijos, acompañados por Alfredo y Julio.

Tuvieron tres hijos: Ramón, Álvaro y Francisco Martínez Villa. El negocio es familiar, pero en la actualidad, creo que desde 2020-21, lo atiende con regularidad Álvaro acompañado de Eva, su pareja. Las cocineras Dori y Mijad —alumnas aventajadas de Mari— siguen manteniendo en lo más alto el pabellón de Casa Moncho. En la barra, Julio Villa y Alfredo Jiménez nos obsequian con su amabilidad, amistad y bonhomía imperecedera. Julio ató su destino a este entrañable lugar desde su fundación. Ellos saben que el mostrador es para sus fieles clientes como la esquina de un confesionario. Nos escuchan y con sus paños secan nuestras penas y claman nuestras alegrías. La sana confidencia es la medicina que cura los males del alma, algo parecido dijo el español Séneca, ¿o fue Julito?

Moncho en su querida playa gallega.

Moncho recorrió muchos kilómetros en el desempeño de su profesión. Sabe mejor que nadie que ninguna gran cosa se crea de repente, que se consigue con mucho esfuerzo, trabajo y sacrificio. Su ejemplar ejemplo mostró el camino correcto a todos los que le siguieron. Solo la diabetes le frenó. En noviembre de 2024 hubieron de amputarle la pierna izquierda. Sus infinitas caminatas por sus dominios pasaron a ser paseos sosegados por las calles de Cadalso sobre una silla de ruedas que empuja suave y cariñosamente Estela. Moncho baja la visera de su gorrilla evitando el sol que quiere colarse hasta su corazón. En silencio piensa y recuerda cobijado entre la paz y la armonía que le ofrecen nuestras aceras. Saluda con voz firme disimulando su nostalgia a esa gente que le quiere e irrumpe despacio en los recuerdos más bellos de su existencia. Cada día pasado les atendió con una sonrisa sincera y un comentario que denotaba su humanidad. Reposaba siempre en su hombro un paño de cocina que era el escudo de su humanidad. Resumen, al cabo, del linaje de su laboriosidad. Hay ahora en su corazón un rincón de soledad que nunca antes existió. Es la injusticia incomprensible de la vida.
Las grandes realizaciones humanas siempre se reconocen, se admiran, se respetan y se agradecen. Apelo a la sensibilidad de las gentes cadalseñas, de los clientes de bien y a cada uno de nuestros representantes en el Ayuntamiento (ellos deberían ponerse al frente), para proponer un pequeño y humilde homenaje que resuma los muchísimos buenos ratos pasados en su expendeduría de licores y afectos y, ya puestos, reconocer el logro enorme que su advenimiento significó para la convivencia feliz de Cadalso. Jerarcas de variado pelaje han creado días para cada cosa… ¿Por qué Ramón Martínez, Moncho, no ha de tener el suyo? Únicamente él es el responsable del bien que hizo y ese bien nunca debe dejar de ser reconocido.

Publicada el Sierra Oeste, Tendencias0 Comentarios

El caldo de la marmita: imaginación a las brasas

  • Por Julio Reoyo Hernández. Cocinero. Restaurante Doña Filo.

De nuevo en el verano, hay que poner a punto el jardín, adecentar el agua de la piscina, ordenar y rellenar los armarios, revisar los aires acondicionados, desempolvar los ventiladores y por supuesto resucitar la pobre barbacoa que lleva meses arrumbada en el más puro anonimato.
Siempre he sentido cierta admiración por este artilugio tan primigenio y metonímico a la vez y sobre todo un grandísimo respeto por aquellos colegas tan diestros y sabios en el manejo de la parrilla. Se necesita una intuición muy especial para conseguir esos puntos de cocción y de jugosidad que verdaderamente levanten nuestra admiración, amén de la elección del combustible, del punto de las brasas y de la distancia entre estas y la parrilla.
Yo, por el momento, me centraré en darle una vida más diversa, más versátil, más ocurrente, más atractiva y divertida, más allá de la panceta, el chorizo, la morcilla y algún que otro entrecot, los menos. En fin, huir un poco de la burricie que en numerosas ocasiones asiste a nuestra fiesta alrededor de la barbacoa. Ya solo el hecho de encandilar una barbacoa predispone a la fiesta, la reunión, el convite, la moraga, ella debe ser sin duda la protagonista de nuestro guateque y las viandas los actores principales, deberíamos, por tanto, hacer un “casting” previo y meritorio a la altura del acontecimiento.
Por comenzar por algún lado, construyamos sobre lo conocido y acostumbrado, démosle vidilla a los lardos de panceta en un adobo de hierbas frescas, tomillo, romero, dientes de ajo machados, aceite de oliva, zumo de limón y unas gotas de soja para después, a la vuelta en la parrilla, colocarle una lámina de calabacín fina y cruda y rociarla con queso rallado hasta que se funda, ¡¡¡buaj!!! El chorizo fresco a la brasa nunca fue una de mis preferencias, pero, envuelto en papel de periódico bien húmedo y dentro de las brasas durante 8/10 minutos me parece una maravilla de una jugosidad insuperable. La morcilla, siempre que sea de cebolla, queda fantástica si la envolvemos en láminas finísimas de beicon y pinchamos con varios palillos para que no se desmonte y hacemos a la parrilla, evitamos que se nos reviente, que se nos quede con todos sus jugos en el interior y con un aporte extra de sabor que acompaña a las mil maravillas.
Como novedades para esta temporada, me encantan las brochetas de infinitas y variadísimas combinaciones; chipirones, langostinos pelados y tomates cherry bien barnizados de ajo, aceite de oliva, perejil y albahaca muy picados; de calamares troceados, champiñones y cebolla roja con el mismo barnizado; de pura verdura, calabacín, berenjena, pimiento verde, pimiento rojo, cebolla dulce y tomate barnizados con un mojo verde bien batido a base de aceite de oliva, ajo, espinacas y pistachos; de rape, rodajas groseras de puerro, cubos de hinojo y tomatitos Cherry, en fin, de mil maneras.
Pescados enteros en besuguera, pargos, besugos, doradas, lubinas de un peso aproximado de 2 kg (es un peso muy manejable y adecuado para un resultado feliz) parrillados entre 12/14 minutos por cada lado y rociados en la bandeja de servicio con una bilbaína de ajos y vinagre de Jerez. ¡De locura!
Carnes ibéricas, secretos, presas, lagartos, marinados con verduras, ajos machacados, pimentón dulce, soja y zumo de limón y en su punto rosado por dentro. ¡Una delicia!
Para acompañar no pueden faltar hermosas rebanadas de pan con buena miga, frotadas con dientes de ajo, pasadas por la parrilla y barnizadas con tomate rallado y aliñado con sal, azúcar, aceite de oliva y cominos molidos.
Sin duda es un castigo estar escribiendo esto a las doce de la mañana.
¡¡¡FELIZ VERANO!!!

Publicada el Productos de la tierra, Tendencias0 Comentarios

Notas de campo de Verdemorillo: Ungulados por todos los lados. Parte III: el jabalí

La especie que sobrevive a las balas. La paradoja del animal que cuanto más se abate más crece su población.

Retomamos nuestro estudio sobre los ungulados que podemos encontrar en nuestra comarca. En esta tercera parte vamos a hablar de una subfamilia de ungulados, los suidos, representada en nuestro país por dos especies; una doméstica (el cerdo común) y otra salvaje, el jabalí (Sus scrofa).
Es raro el amante de los paseos por la naturaleza que no ha tenido un encuentro, aunque sea fugaz y lejano con un jabalí, o el vecino/a de zonas próximas al entorno natural que no ha presenciado una incursión veraniega en una zona ajardinada de su zona residencial. Y es que cuando pensamos en el jabalí es fácil que nos vengan a la cabeza conceptos como “plaga”, o sintamos un cierto miedo o rechazo a toparnos con algún grupo de ellos o un ejemplar solitario por su actitud supuestamente violenta. En este artículo vamos a intentar develar aspectos de su vida y costumbres con la intención de discernir si estas ideas preconcebidas tienen algún sentido.
El jabalí, presente en toda nuestra comarca, es un auténtico ejemplo de adaptación al medio. Su cuerpo, con forma de proyectil (si nos fijamos un poco podemos observar que cuerpo y cabeza son dos conos unidos por la base), presenta una forma ideal para internarse en lo más espeso del bosque, pudiendo atravesar con facilidad los más espesos matorrales. Su hocico es capaz de realizar profundos surcos y mover grandes piedras en busca de los alimentos más ocultos.
La raza española es algo más pequeña que la centroeuropea. Como mucho, pueden llegar a alcanzar los 120 kg de peso frente a los 350 kg de los ejemplares más al norte de Europa.
A diferencia de su pariente doméstico, el jabalí es un animal que cuida hasta el extremo su aseo personal. Realiza baños de barro para librarse de sus parásitos y mantener su piel en óptimas condiciones ya que estos lodos le aportan sales minerales y sustancia orgánica. El baño es muy importante en su vida. Selecciona las mejores “bañas” y es capaz de recorrer enormes distancias para acudir a ellas (como nosotros cuando acudimos a los más famosos balnearios).
Su alimentación es una de las claves de su éxito poblacional, ya que es capaz de comer todo lo que el entorno le ofrece: bellotas, pequeños roedores, carroña, animales venenosos como víboras y escorpiones, raíces, tubérculos, trufas, pasto, etc. La disponibilidad de alimento condiciona su expansión y está muy relacionado con su respuesta a la caza. Después de grandes batidas la población es drásticamente reducida. Durante el siguiente periodo, la población sobreviviente puede disponer de mayor cantidad de alimento lo que genera una multiplicación de ejemplares muy superior a las condiciones normales.
La razón principal por la que el jabalí es temido es porque va literalmente “armado hasta los dientes”. Porta en su boca dos verdaderos cuchillos. Unos caninos inferiores que mantiene constantemente afilados por rozamiento con otros dientes. Este arma letal es utilizada para la defensa, en la que sus contrincantes y depredadores (el lobo o los perros en las monterías) suelen quedar mal parados. Pero nuestro amigo prefiere huir y solo atacará si se encuentra realmente acorralado. No así las hembras, que defenderán a su progenie de cualquiera que se les acerque con gran ímpetu, utilizando su potencia física para lanzar patadas y dentelladas.
Su principal y ancestral enemigo en el bosque es el lobo. Es el único depredador que puede hacerle frente (en manada y atacando a los ejemplares más débiles, viejos o crías). Se han encontrado ejemplares de lobo con grandes cicatrices producidas por colmillos de jabalí. Como con otros ungulados el lobo es el único que puede realizar un control efectivo de la especie. Es una verdadera lástima que no se le reconozca en nuestro país este papel regulador esencial y se haya autorizado de nuevo su caza… pero esto es otra historia que sin duda trataremos en otros artículos.
El celo del jabalí tiene lugar en diciembre. Las hembras mayores son capaces de parir de 6 a 8 crías para las que construye un nido con ramas, piedras, etc., en el que permanecen la primera semana de vida. Como hemos comentado, las hembras son muy celosas de sus crías y es la única razón por la que atacarán en caso de detectar un peligro para ellas.
Normalmente el jabalí va en grupo. Se forman principalmente dos tipos de grupos. La hembra con sus crías por un lado y por otro un macho viejo acompañado de varios machos jóvenes. En este segundo grupo se ha observado que el macho viejo tiene el papel de “profesor” y los jóvenes el de “guardaespaldas”.
El jabalí ofrece grandes servicios ecosistémicos en su entorno. Lo que a nuestros ojos pueden parecer “destrozos” en el suelo es una auténtica labor de labranza. Estos surcos oxigenan el suelo y facilitan la germinación de nuevos arbustos y árboles. Se ha observado que en pinares escarban en busca de crisálida de procesionaria, para ellos un manjar y para nosotros un medio de control natural de la oruga.
¿Podemos llegar a considerar al jabalí como una plaga? Nosotros pensamos que el hecho de que un número de ejemplares se concentren en un territorio no es razón para considerarlo plaga. Efectivamente, la concentración de estos animales tiene efectos en el terreno, sobre todo si se trata de una zona de cultivo. Estos efectos suelen despertar “emergencias cinegéticas” que normalmente no están basadas en estudios o censos científicos, sino en los destrozos que pueden llegar a ocasionar. No podemos hablar de superpoblación de una especie sin un estudio científico previo. Y como siempre apostamos por el control natural, dejando actuar a nuestros carnívoros que son los que realizan un trabajo selectivo, atacando a los ejemplares más débiles, mejorando la genética de la especie.

Verdemorillo es una asociación ecologista vecinal que actúa para preservar la biodiversidad de la comarca de Valdemorillo desde tres frentes: la divulgación, la denuncia y la realización de proyectos de conservación. Si deseas saber más sobre este u otros temas entra en www.verdemorillo.org

Textos: José Ángel de la Banda. Educador Ambiental y Presidente de Verdemorillo.
Fotografías: José Ángel de la Banda y Banco de imágenes Pixabay.

Publicada el Medio Natural0 Comentarios

"EDICIÓN IMPRESA">EDICION IMPRESA

 

 

PRÓXIMA

 

EDICIÓN IMPRESA

 

29 de SEPTIEMBRE

    Chollocolchon   Chollocolchon

 

A21 SIERRA OESTE

 

 

julio 2025
L M X J V S D
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
28293031  
Verificado por MonsterInsights