Un paseo por los pinares de la comarca nos descubrirá un paisaje que en determinadas y extensas áreas padecen una fuerte defoliación con pinos parcialmente desnudos cuando no completamente. Además se observan masas enteras de pinares con cierto tono marrón que nos indica que algo no va bien en el desarrollo de las mismas.
Todos hemos sido testigos de una gran plaga de la procesionaria que desde febrero hasta el mes de abril se hizo muy visible en el estadio en el que las orugas salen de sus nidos y se entierran. Sobre el ciclo de la procesionaria tienen información en este periódico en su número 82 del mes de noviembre de 2014.
¿Volverán a rebrotar las acículas? ¿Se secarán los pinos? . El tiempo lo dirá. El argumento fácil sería culpabilizar únicamente a la procesionaria. Se tiene constancia de que pinos completamente defoliados han vuelto a la vida. Pero no olviden que venimos de una año, el 2015, que azotó a nuestros pinares con una fuerte sequía. Desde a21, estábamos pendientes de la evolución de las masas forestales de la comarca debido a la citada sequía. Pero si además añadimos el fuerte desarrollo en extensión de la procesionaria, ya son dos factores negativos a tener en cuenta. Sequía más procesionaria unidos pudieran tener efectos devastadores. Esperemos no se sumen nuevos episodios adversos.