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Berta Moreno: jazz cadalseño made in USA

  • Saxofonista y compositora, cimentó en la Banda Municipal de Cadalso una exitosa carrera profesional. Residente en Nueva York, actuó en Madrid presentando su nueva gira Afro Jazz Soul Project

¿Cómo fueron tus comienzos?
Comencé con la música desde temprana edad. Siempre fui una niña muy artística y creativa, hacía ballet, patinaje artístico, iba a clases de pintura y me pasaba el día cantando, bailando y componiendo canciones. A la edad de 7 u 8 años mis padres me apuntaron a la Escuela Municipal de Música de Maestro Barbieri en Madrid donde aprendía guitarra clásica, solfeo y coro, y desde entonces hasta el día de hoy mi vida ha girado siempre en torno a la música.


¿Qué significó tu paso por la banda de Cadalso?
Tras unos años tocando la guitarra clásica, sentí que no era el instrumento que mejor se conectaba con mi personalidad. Estaba obsesionada con tocar el saxo tenor. Me enteré de que en Cadalso había una banda de música donde te daban clases los sábados y te prestaban un instrumento. ¡Para mí era la opción perfecta! Así que subí a visitar a Alberto Merchán, el director. En aquel momento solo necesitaban clarinetistas, y eso fue lo que hice. La banda de Cadalso fue una experiencia increíble, esperaba los sábados con mucha ilusión y estudiaba clarinete muchas horas a la semana. Alberto fue un maestro muy especial que supo sacar lo mejor de mí. Fue mi primer trabajo profesional como músico, ya que por aquellos tiempos en la banda de Cadalso se cobraba. Recuerdo sentirme orgullosa y afortunada de poder ganar un sueldo haciendo lo que me apasionaba, y desde aquel momento supe que no podría dedicarme a ninguna otra cosa. La banda de Cadalso me sirvió de trampolín para entrar al Conservatorio Profesional “Federico Moreno Torroba” en Madrid donde obtuve el grado medio de clarinete.

En 2010 te marchas a Rotterdam (Holanda) donde obtienes la licenciatura en saxofón, ¿qué supuso para ti este periodo de formación?
Profesionalmente, fue una etapa muy positiva. Estudié en Codarts, la Universidad de las Artes de Rotterdam. Fue un programa muy completo en el cuál pude aprender armonía y arreglos de jazz, combos, big band, improvisación… y tuve oportunidad de tocar y conocer a gente de todos los rincones del mundo. Codarts tenía además un programa de “Músicas del Mundo” donde estudiaban flamenco, música brasileña, latin-jazz, música india… y siempre teníamos oportunidad de cursar algunas de esas asignaturas o hacer grupos de fusión con otros estudiantes. Profesionalmente tuve bastantes oportunidades de tocar, y fue cuando comencé a crear mi propia banda y a componer música ya de una forma más profesional.
Pero para mí Rotterdam significó mucho más que una licenciatura de saxofón. Era la primera vez que salía de casa, y de mi país a vivir sola. Y fue una experiencia dura en muchos momentos. Fueron 4 años en los que tuve que estudiar muchísimas horas para poder estar al nivel que se me exigía en la universidad, y mentalmente fue un reto muy duro, pues tuve que enfrentarme a muchos miedos, inseguridades, críticas de profesores y compañeros, envidias, competencia, cansancio…Echando la vista atrás fue una etapa de madurez personal en la que tuve que resolver problemas conmigo misma sobre todo de inseguridad y autoestima, para poder convertirme en el músico fuerte y seguro que soy hoy en día.

Saxo y jazz, ¿Qué supone esta simbiosis en tu vida?
Son mi medio de expresión con el público y la manera en la que me relaciono con el mundo en general. Son mi herramienta de trabajo. Hasta hace un par de años “saxo y jazz” eran toda mi vida. Pero últimamente y con el paso del tiempo me he dado cuenta de que Berta es mucho más que el saxo y el jazz, eso son solo herramientas para compartir mi talento. Berta es músico, compositora, una soñadora, es alegría, creatividad, es persona, es hija, hermana, amiga… ¡un montón de cosas!

Saltaste de continente viajando a New York, donde actualmente resides.
Vivir en Nueva York y tocar jazz en la Gran Manzana había sido mi sueño desde muy pequeña. En Rotterdam tenía un poster de Nueva York en la cocina y cada noche lo miraba y me imaginaba cómo sería estar allí compartiendo experiencias y música con todos mis héroes musicales. Buscaba vivir la experiencia del jazz en su lugar de origen y poder aprender de cerca de las figuras más grandes. Y el sueño se cumplió y se sigue cumpliendo. Nueva York es una fuente de inspiración diaria y una experiencia insustituible para un músico de jazz.

¿Cómo ves el jazz en España?
La escena de jazz española es muy buena, especialmente en los últimos años muchos músicos jóvenes españoles han salido a Europa y a Estados Unidos a formarse y han regresado a España, con lo que el nivel es cada vez más alto y hay muchos grupos haciendo música muy interesante. Sin embargo, siento que Nueva York sigue siendo la meca del jazz, sigue siendo el lugar de residencia de los músicos de jazz más innovadores del momento, como Christian McBride, Chris Potter, Eric Harland, Kurt Rosenwinkle, Lionel Loueke… Vivir aquí te da la posibilidad de estar en contacto más cercano con ellos y verlos tocar cada noche. Creo que además debido a la gran cantidad de músicos y a la enorme competencia que hay en Nueva York, el impulso y la energía artística y creativa es mucho mayor y la actitud mucho más profesional.

¿Se puede catalogar el jazz como música elitista?
El jazz es música popular, ese fue su origen y esa es su esencia. Soy una fiel defensora de la idea de que el jazz es accesible para todos. Uno de mis objetivos principales como artista y compositora es lograr que el público “no experto en jazz” consiga disfrutarlo. Creo que es más una cuestión de desconocimiento que un tema de complejidad para entender el jazz. La música no hay que entenderla hay que sentirla y disfrutarla. Cuando los músicos son honestos y se enfocan en crear una conexión con el público ¡se produce la magia!


Estás de gira en España con Afro Jazz Soul Project en los meses de febrero y marzo ¿Qué vamos a ver en este espectáculo?
Este es un nuevo proyecto en el que he estado trabajando con mucho amor y entrega el último año y medio. Es un proyecto que habla de mi experiencia en los barrios marginales de Kenia, donde tuve la oportunidad de vivir durante 2 semanas, con los niños del centro “Little Ray of Hope” La música es una mezcla de Jazz, ritmos africanos y soul, y por primera vez me he aventurado a componer no solo la música, sino también las letras de varios temas. Con este proyecto pretendo traer al público la esencia de la vida en África, la alegría con la que afrontan las tremendas dificultades y la importancia de vivir en comunidad y ayudarse los unos a los otros. Temas para cantar, bailar y también reflexionar.

¿Has pensado en regresar a España?
Cada día me levanto por la mañana y me pregunto: ¿Me voy a Madrid? ¿Me quedo en Nueva York? Es una decisión muy difícil. Personalmente me encantaría volver, vivir cerca de mi familia y mis amigos, disfrutar de nuestro hermoso país y su cultura, la gente, la alegría, la buena comida y mucho más… Pero siento que profesionalmente me quedan cosas que hacer en Nueva York, y cada día elijo sacrificar todas esas cosas para poder seguir creciendo musicalmente y poder ofrecer al público mi mejor versión. El día que sienta que ya no me queda más que exprimirle a Nueva York me volveré encantada.

 

Tony Álvarez.

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