Desde primeras horas de la mañana del domingo 1 de julio los miembros del Motoclub Soplones de Cadalso de los Vidrios recibieron, en el parking habilitado para la ocasión, a todos los moteros que se acercaron a esta fiesta de la moto que tenían preparada y que poco a poco se está convirtiendo en un referente de las dos ruedas. Más de 250 inscritos disfrutaron de todas las actividades que tenían previstas y muchos otros hicieron un alto en el camino y se acercaron solamente a disfrutar del gran ambiente reinante.

Roberto García Escudero

La serpiente multicolor que forman los diferentes colores y modelos de moto recorrió la ruta prevista y bien coordinada pasando por las localidades de Cenicientos y Rozas de Puerto Real, llegando a Casillas (Ávila) donde, en las laderas del Valle del Tiétar, les esperaba un buen refrigerio con pinchos y raciones para todos los presentes.

La vuelta hacia Cadalso de los Vidrios se realizó por carreteras poco transitadas pero de bellos paisajes, pasando por Sotillo de la Adrada (Ávila) y Rozas de Puerto Real, llegando a Cadalso en torno a las tres de la tarde donde les esperaba, en la Plaza de Toros, una gran carpa dotada de mesas y sillas para que todos los inscritos pudiesen descansar del caluroso día.  La tradicional paella estuvo precedida de un fresco gazpacho y acompañada de tres consumiciones, tarta y café.

Al finalizar la comida y tras una sobremesa cargada de largas conversaciones moteras, llegó el sorteo de los regalos que habían cedido los colaboradores de este evento. Más de 120 regalos fueron sorteados entre los presentes, destacando varios cascos, cazadoras, caballetes, pantalones, camisetas y varios descuentos para comprar en tiendas moteras. El “Abuelo Turbo”, que estuvo presente en este evento y que lleva 60 años montando en moto, también se llevó un reconocimiento especial.

Cabe destacar que el día anterior, la escuela de minimotos KSB de Madrid realizó una exitosa exhibición con sus pequeños pilotos de 3 a 14 años. En un circuito instalado para la ocasión deleitaron a los presentes con sus derrapajes, tumbadas y dominio de sus diminutas monturas.

Un año más el Motoclub Soplones ha vuelto a atraer a nuevos visitantes a esta bella comarca madrileña ofreciéndoles lo mejor de su gastronomía y dejando patente el gran carisma, alegría y acogimiento que siempre ofrecen a los que acuden a su llamada.