Retirada, cría y reintroducción de pollos cigüeña blanca, una de las aves más emblemáticas de la avifauna de nuestra comarca. Afortunadamente, en la actualidad su población se encuentra en un estado muy saludable.
Sus hábitos gregarios y sus costumbres omnívoras hacen que sus asentamientos de cría se encuentren muy ligados al medio urbano, logrando instalar sus enormes nidos en numerosos edificios, como torretas eléctricas, o antenas, lo que en ocasiones causa ciertos problemas.
Desde finales del pasado mes de mayo de 2011, el hospital de GREFA (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat) acogió en sus instalaciones, junto con el apoyo de las del Centro de Fauna de Navas del Rey, a más de un centenar de pollos de cigüeñas blancas procedentes de los nidos de líneas de alta tensión, cuyos soportes debían ser rectificados y para lo cual la consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid concedió la pertinente autorización. Esta acción se pudo llevar a cabo gracias al convenio de colaboración que GREFA mantiene
actualmente con Red Eléctrica Española (REE), en el que se estudia y plantea el manejo de determinadas especies que inciden sobre las líneas, apoyos y tendidos de transporte eléctrico. Hay que destacar que Navas del Rey alberga la mayor colonia de cría de cigüeña blanca de la comarca.
Desnidados en época de cría
Según nos cuenta Pablo, técnico responsable de cría de esta ONG, el hecho de tomar la decisión de retirar los cigoñinos en fechas en las que aún están en el nido, y no en otra época como para algunos cabría esperar, se debe a numerosos factores. Primero, la solicitud de los permisos para realizar dichos desnides, como cualquier otro trámite, tiene que seguir sus cauces y no siempre las fechas coinciden con lo que los técnicos de GREFA esperarían. En segundo lugar, algunos de los nidos retirados se encuentran cerca del espacio aéreo del aeropuerto de Barajas, y los pollos volantones habrían sido un riesgo constante para el despegue y aterrizaje de los aviones en ese emplazamiento. “Hay que pensar que gracias a esta medida, la temporada de cría de esas cigüeñas no ha sido un fracaso, en absoluto, pues la tasa de supervivencia de los pollos en nuestro hospital y en el Centro de Fauna de Navas es incluso más alta que en la naturaleza. Y ésta no habría sido así de retirar los nidos al principio de la temporada de cría. ¡Quién sabe si habrían tenido tiempo de construir nuevos nidos!”.
Un equipo bien coordinado
En este proyecto está involucrado un gran equipo de voluntarios y profesionales, empezando por los veterinarios, quienes realizan las curas a todos los pollos que lo necesitan; el departamento de huérfanos, que cuida de todos ellos durante los primeros estadios; el departamento de rehabilitación, que se encarga de anillarlos y cuidarlos en los nidos artificiales; y el equipo de rescate de fauna, que tantas horas pasa vigilándolos al sol, velando por la supervivencia de todos estos cigoñinos.
Cigü, un perfecto papá adoptivo
GREFA cuenta también ahora con la ayuda de Cigü, un ejemplar macho de cigüeña negra que llegó al centro hace ya algún tiempo. Siendo aún pollo había sido expoliado de un nido, por lo que su comportamiento está “un poco alterado”, es muy manso y ve a los humanos como si fueran de su propia especie. Curiosamente, este año un miembro del equipo fabricó un nido artificial en su instalación y le colocó dos huevos en él. Cigü no solo los incubó, sino que acogió a los pollos de cigüeña blanca que le colocaron más tarde. ¡Está claro que aquí todos pueden ser útiles de alguna manera!
Resultados obtenidos
Los cigoñinos están siendo liberados mediante la técnica de hacking. Hasta la fecha, prácticamente todos los pollos colocados en los nidos-plataformas artificiales, que se han montado en un mini tendido de alta tensión (sin tensión alguna), construido por REE en el hospital de GREFA, han alzado el vuelo. El objetivo de sus cuidadores es que, tras los primeros vuelos, siempre vuelvan, para encontrar el alimento que estos les proporcionan diariamente, a la vez que se busca que, de forma gradual, se independicen de esta fuente de alimento y dejen de volver a los nidos. “Aun así, hemos encontrado que algunos de los pollos del año pasado han vuelto a las instalaciones de nuestro centro de recuperación, quizás para establecer una nueva pareja reproductora. Ellos interpretan que nacieron aquí y que, por tanto, éste debe ser un buen sitio para criar”, nos explica el propio Pablo mientras fotografiamos a los pollos en el mini tendido.
Problemas con los vertederos
Las cigüeñas, como animales oportunistas que son, se alimentan en gran medida en vertederos y otros lugares donde pueden encontrar alimento. Esto las hace ingerir, en muchas ocasiones, sustancias nocivas o plásticos que terminan por dañar su sistema digestivo. En otros casos, las propias estructuras en las que anidan les producen lesiones en sus primeros vuelos (muchas de ellas acaban heridas por las antenas o los tendidos eléctricos) y los materiales con los que fabrican el nido quedan en ocasiones enredados en sus patas, impidiéndolos desarrollarse y volar con normalidad.
Bien vistas y en buen estado de conservación
La población española de cigüeña blanca, en opinión de Pablo, no requiere en la actualidad de ningún tipo de programa de conservación específico, lo que no quiere decir que su gestión se deba descuidar, ni mucho menos. “Es una de esas especies en expansión que han sabido superar el ‘incordio’ que suponen los humanos para aprovecharse de todas las ventajas que puede suponer convivir con ellos. Los desnides son solo una parte de la gestión que requiere cualquier especie tan urbana como esta, aunque no hemos de olvidar que también es un servicio social para que la gente no vea a las cigüeñas como una presencia incómoda, sino como un factor pintoresco más de nuestras ciudades y pueblos. Y es que, desde mi punto de vista, la imagen de la cigüeña anidando en el campanario de la iglesia está tan arraigada en nuestra cultura que es difícil que la gente llegue a odiarlas. Además, las molestias causadas en los tendidos eléctricos o cerca de los aeropuertos no suelen llegar a oídos del público en general, por lo que no creo que la imagen de las cigüeñas que la gente tiene cambie”.