Un aficionado a la bicicleta de la Sierra Oeste

Soy un aficionado a la bicicleta desde hace muchos años, y me considero muy afortunado, ya que el vivir en este entorno tan natural como la Sierra Oeste me permite salir muy a menudo con mi bicicleta a pedalear un poco y sobre todo a disfrutar de los caminos, los parajes y los bellos paisajes que nos ofrece nuestra comarca. Hace unos días me enteré de que durante el primer fin de semana de junio, entre el viernes día 1 y el domingo día 3, se iba a celebrar una prueba ciclista, que no era de competición, cerca de aquí, en un bonito pueblo del Valle del Tiétar, en La Adrada, un municipio situado en la provincia de Ávila.

Así que ante la proximidad geográfica no me lo pensé dos veces y me apunté por Internet y allí que me fui con mi mujer de reportera, para mi sorpresa me encontré con muchos aficionados como yo, algunos que viven en estos pueblos de la Sierra Oeste.

Unos pocos eran buenos deportistas que corrían desde el principio como si les fuera la vida, como auténticos profesionales. Otros muchos, por el contrario,  íbamos mucho más tranquilos, pero también disfrutamos de lo lindo, a nuestro ritmo, de unos caminos preciosos, algunos empinados,  cruzando el río varias veces,  el terreno estaba muy seco y más de uno se fue al suelo, los organizadores, Karacol Sport se llamaban, estuvieron muy atentos en todo momento con todos los participantes,  te podías parar en varios lugares y te ofrecían refrescos y fruta para recuperarte del esfuerzo de la marcha en bicicleta. Con una organización tan buena, es una auténtica gozada poder participar en actividades deportivas de este tipo.

La carrera tenía varias etapas, la más corta era para familias, y en verdad vi a muchos papás con sus retoños ¡daba gusto verlos!  Y otras tres rutas de 32, 50 y 75 kilómetros, cada uno elegía según sus fuerzas y aguante.

El ambiente me gustó mucho, al no haber competición, todo el mundo estaba relajado y de broma. Al terminar nos pudimos dar un bañito en la piscina municipal de La Adrada y comer unas patatas con carne  invitados por los organizadores, que nos ayudaron a  recuperarnos pronto del esfuerzo que había supuesto la ruta en bicicleta.

Para terminar, quiero compartir con todos los lectores de este periódico una reflexión. Tengo  que confesar que no deja de sorprenderme que en este tiempo de crisis económica que nos está tocando vivir siga habiendo empresas que continúen organizando estos eventos, fomentando el deporte, el turismo de la zona, pues las carpas estaban situadas en el Paraíso del Tiétar, que de verdad era bien bonito, casitas de madera para vacaciones,  y mucha gente lo ha conocido, personas que luego lo contarán a sus amigos, y es así como se fomenta la comarca de la Sierra Oeste. ¡Ojalá cunda el ejemplo en otros muchos municipios.Tanto quejarnos, hay que activarse!