
El 29 de octubre, las lluvias torrenciales se llevaron trágicamente la vida de más de 200 personas y han ocasionado la destrucción de infraestructuras, negocios y viviendas. ¿Cómo lo hicieron los modelos meteorológicos?
La primera señal de que había que prestar atención a la evolución meteorológica durante los días siguientes aparece en el modelo del Centro Europeo de Predicción a Medio Plazo el lunes, día 21 de octubre. En su salida determinista, esto es, el mapa sinóptico a 500 hectopascales, es decir, a unos 5.500 metros de altitud, se observaba una DANA situada en el Estrecho de Gibraltar el día 27 de octubre, domingo. En mis redes sociales escribí: “Su posición definitiva no está clara y eso es determinante para el pronóstico. A día de hoy podría ser que Murcia y el sur de Valencia quienes tuvieran lluvias torrenciales la semana que viene, pero como digo es una situación que requerirá un seguimiento diario hasta ver qué pasa.”
Desde esos días, salida tras salida de ese modelo y además con el modelo GFS alineándose con aquel, ya se tuvo cierta certeza de un evento meteorológico extremo el día 25 de octubre viernes. En ese momento, la AEMET emite una nota informativa indicando que todo el Mediterráneo debía estar atento a la evolución por la posibilidad de lluvias torrenciales. Ya se mencionaba que, según los modelos, el día de mayores precipitaciones sería el martes 29 de octubre. El sábado 26 se emite otra nota informativa corroborando la anterior.
El domingo 27 de octubre se emite un aviso especial por fenómenos adversos. Ya era probable que se superaran los 150 litros por metro cuadrado en Valencia y Murcia en 24 horas. El lunes 28 de octubre se emite un nuevo aviso ampliando el aviso a otras zonas como el Estrecho, este de Castilla la Mancha y Andalucía oriental.
El fatídico día 29, la AEMET emite un aviso rojo por lluvias torrenciales a las 07:30 de la mañana. Aquí hay que hacer notar que por encima de 180 litros por metro cuadrado en 24 horas la AEMET ya emite ese aviso. En cuanto a las cantidades de precipitación en los modelos oscilaban entre los 300 litros por metro cuadrado de modelo europeo y los 600 del AROME en 24 horas en el área finalmente impactada por las lluvias.
Lo que debía haberse convertido en un aviso automático a toda la población, como hizo la Comunidad de Madrid en septiembre de 2023, se traduce en convertir ese día, a nivel laboral y educativo, en un día más con miles de personas yendo a trabajar y sin que las personas que viven cerca de los barrancos, como el de Poyo, tuvieran conocimiento de lo que se les vendría encima a media tarde. Tampoco se prestó atención a la Confederación Hidrográfica del Júcar que avisaba del aumento exponencial del caudal en los barrancos.
Ese día, dos horas antes de que la Generalitat Valenciana enviara el SMS a las 20:12, ya circulaban videos de las inundaciones, en algunos chats de meteorólogos comentábamos que los pluviómetros en Chiva iban 593 litros por metros cuadrado. Una cantidad que se aproxima a lo que llueve en Londres en el conjunto de un año para hacernos idea de la brutalidad de que esto caiga del cielo en 24 horas. Días después, supimos que en la estación de Turís Mas de Calabarra se registraron 771,8 litros por metro cuadrado en 14 horas. En el monzón asiático, solo se dan estas precipitaciones puntualmente, siendo lo normal 300 o 400 litros por metro cuadrado en un día.
En resumen, un excepcional evento meteorológico relacionado con el calentamiento que está sufriendo el planeta y del que el mar Mediterráneo es triste protagonista. Esperemos que las autoridades hayan aprendido que no se puede desconfiar de la ciencia y de los científicos.
Mario Cuellar.