- Santiago Martín presentó su exposición Supervivientes de La Alberca durante La Noche de la Historia.
Cenicientos vivió la segunda edición de La Noche de la Historia el pasado 29 de abril. Esta iniciativa fue organizada por la Parroquia San Esteban Protomártir en colaboración con el Ayuntamiento de Cenicientos y contó con el patrocinio de TrulyTrue, TradiZiona y el Colegio Seminario de Rozas.
Uno de los platos fuertes de esta jornada fueron los conciertos musicales de diferentes estilos. Además, hubo teatro, bailes folklóricos, una muestra de artesanía y visitas guiadas a la Parroquia San Esteban, a la Ermita de la Virgen del Roble, a las bodegas San Esteban Protomártir y Saavedra, al Museo Taurino y al Taller de Artesanía Virgen del Roble.
Las exposiciones, al igual que el año pasado, fueron uno de los mayores atractivos de la jornada. La pintura abstracta de María Herranz compartió espacio con la impresionista Conchi Álvarez. Lo mismo ocurrió con las acuarelas de Irene Solís, las ilustraciones de Carolina Camus, los cuadros bordados de Elisabeth Juzgado y la pintura de Dolores Díaz Zurdo. Quiero destacar especialmente la imaginería, con las piezas originales del belenista José Luis Mayo y sus diálogos titulados “Viaje a través de la belleza”.
En el Centro Cultural Carmen de la Rocha, el artista local Santiago José Manuel Martín expuso una parte de su extensa obra en talla de madera. Hablamos con este creador de 73 años sobre la Noche de la Historia.
¿Qué significa para Cenicientos una jornada como esta?
Es una apertura hacia la cultura y la artesanía que puede suponer un despertar. Este tipo de iniciativas son lo que se necesita en el pueblo para abrirnos al mundo.
¿Qué destacaría de La Noche de la Historia?
Sin duda, destacaría a José Luis Mayo por su excelente trabajo. No conocía su obra y ahora sé de su amplia trayectoria internacional. La expresividad de los rostros de sus figuras hace que parezcan reales al mirarlos. Me gustaría resaltar el coraje y la ilusión de este artista al proponerse una meta y conseguirla. Creo que trabajaba como pintor de coches y, según todo indica, ha logrado realizar el sueño de su vida.
¿De dónde proviene su afición por el arte?
No me considero artista, quizás sí artesano. Mi familia eran pastores serranos y mi infancia transcurrió entre El Barco de Ávila y La Vera, donde ya veía cómo hacían sus pequeñas obras de artesanía para sus necesidades diarias. En El Barco, hubo dos personas que me influyeron notablemente al descubrirme ese camino: Genio el Che, con sus dibujos, tallas y grabados en piedra; y Justo Parrón, un venerable anciano zapatero al que observaba en su sitial trabajando la taxidermia, muchos aspectos de la artesanía e incluso sus propios violines.
Más tarde ingresé en la Escuela de Artes y Oficios de La Paloma (Madrid), donde estudié ebanistería, aunque fue algo que me pesó mucho. Hubiera preferido la escultura, la talla, la pintura…
Después de un tiempo, logré combinar lo que me gustaba con mi trabajo, pero al final, las obligaciones supusieron un paréntesis casi hasta el momento de mi jubilación.
Finalmente, me establecí de forma definitiva en Cenicientos, el pueblo de mi mujer, donde monté un pequeño taller en el que puedo hacer lo que siempre me ha gustado.
¿Qué facetas abarca su obra?
Mi obra abarca la talla en madera y piedra, pirograbado, dibujo, poesía, bonsáis, cuchillería… Me gusta marcarme retos y trabajar con todos los materiales que caen en mis manos.
Usted ha formado parte del Grupo Folklórico Raíces.
La música y el folklore siempre me han llamado la atención. Estuve un tiempo vinculado a Raíces, acompañándolos en sus giras y colaborando con ellos, especialmente con los instrumentos. Mi primera exposición como lutier fue en el Conservatorio de Móstoles en 2005, y tengo una colección de cien instrumentos de todo el mundo que son réplicas hechas por mí.
¿Qué obras ha expuesto en esta edición de La Noche de la Historia?
Todas mis obras están inspiradas en la historia y la materia muerta del pantano de La Alberca. He intentado actuar como un arqueólogo y comunicarme con la madera, que me ha inspirado para crear estas formas. De un nogal podrido me surgió un delfín al que le apliqué viejas rejas de arado: uno representa al labrador del mar y nuestros ancestros son los labradores de la antigua Alberca. Estas cinco piezas dedicadas a este evento se han acompañado de otras de trabajos anteriores.