
A golpe de charanga y con el sonido de los petardos de fondo comenzaba la noche del 30 de diciembre, una de las noches más esperadas por todos los caseros, la noche de ‘Los quintos’.
Como todos los años los quintos, ayudantes y vecinos del municipio celebraron esta fiesta con la ilusión y alegría que significa para todos ellos. Esta antigua tradición, es una práctica que se pierde en la memoria de los más mayores y ninguno tiene claro el año en el que se inició, pero todos saben que con esta tradición se despedía a los jóvenes que al año siguiente irían a la mili.
Hoy en día los carros se sustituyen por camiones, pero la esencia de la fiesta no se ha perdido y cada vez a los jóvenes se les ve más ilusionados con esta antiquísima tradición. Como he dicho antes, esta fiesta comienza la noche del 30 de diciembre cuando los quintos y ayudantes, jóvenes de un año menor a los quintos, se recorren los bares del municipio. El resto de vecinos acompañan a los jóvenes en esta tradicional andadura con la misma ilusión, o más, que ellos. Al finalizar la noche, quintos y ayudantes se recorren las calles del pueblo para firmarlas con pintura blanca.
Con el amanecer, los quintos y ayudantes, acompañados de amigos y familiares, se retiran al campo en donde llenarán dos camiones de ramas y pasarán gran parte de la mañana allí. También invitan a almorzar bocatas de chorizo y panceta a todas las personas que se quieran acercar.
Una vez que los camiones están repletos de ramas, todos van hacia la plaza del pueblo, lugar en dónde se descargarán los camiones. Los quintos en uno y los ayudantes en otro, inician el camino hasta la plaza del pueblo con cánticos que no cesan hasta su llegada. Todos los vecinos esperan con expectación.
Por la noche, se hace una gran hoguera con todas las ramas con la que se pretende quemar todo lo malo del año anterior y dar paso al nuevo año.
El día de año nuevo, los quintos acuden a misa y comienzan el aguinaldo con un villancico al señor cura. El aguinaldo está amenizado por la rondalla del pueblo con la que recorrerán el municipio intentando vencer el cansancio de los dos días anteriores.
Este año, como novedad ha habido una charanga la noche del 30. Al parecer los vecinos del municipio acogieron esta idea con los brazos abiertos y seguramente se convierta en una parte más de la tradición.
Parece ser que esta añeja costumbre va a permanecer en la Navidad casera durante muchos años más, ya que cosecha un gran éxito entre todos los vecinos del municipio. Los jóvenes y familiares, generación tras generación, ponen todo su empeño para que esta tradición no se pierda e invada a cada uno de los habitantes del pueblo y visitantes.
Arancha Sánchez Bueno.
Que la foto no es de los quintos sino de los ayudantes, la foto debería rectificarse, el resto del artículo está tratado con cariño y es genial. espero rectificación lo antes posible. gracias.