Los Clásicos volvieron a encender motores en Valdemorillo, en la segunda concentración anual que se convierte ya en una cita imprescindible para los buenos aficionados al mundo del automóvil, también de las motos. Y es que en su segunda edición, el evento, organizado por el Ayuntamiento y el Club local que vuelca empeño por hacer valer este necesario reencuentro con la viejas  y casi incombustibles ‘glorias’, hizo meta cumpliendo el objetivo de sorprender al público que se decidió a sortear el calor para acudir este domingo 18 de junio, ya de mañana, al parking de la Plaza de Toros y realizar así un auténtico ‘viaje’ en el tiempo, desfilando entre los seiscientos y demás utilitarios imposibles de olvidar, pero también entre esas singulares berlinas y deportivos que conservan todo el atractivo y la ‘marcha’ como si fueran a estrenarse otra vez en la carretera.

Porque todo contó para formar parte de esta extraordinario escaparate, con cabida para los más antiguos junto a los más singulares, haciendo compartir espacio los automóviles de gama más alta junto al popular cuatro latas al dos caballos y a tantos otros modelos y marcas, todos con el denominador común de haberse matriculado en otro siglo, alguno incluso, hace más de ochenta años… Decenas de coches y un selección de motos que se disputaron el interés de curiosos y aficionados, así como los premios pensados para señalar a los mejores entre tantas ‘joyas’ sobre ruedas.

Y tras horas de exposición, y tomando el testigo al acompañamiento musical brindado por los chicos de Sin fecha de Caducidad, grupo que supo poner acento especial al encuentro, Juan Carlos tomó el micrófono en nombre del Club de Clásicos de Valdemorillo para ir nombrando a los mejores. Y el primero en recibir su trofeo, el propietario de un soberbio Citroën 11 BL del 54, el que más puntuó entre tantas decenas de coches. Y también hubo galardón a la mejor de las motos, la espléndida BMW R-27 del año 1963 de José Manuel Mozos. Completando palmarés, no podía faltar el aplaudido reconocimiento al veterano, a un Pontiac Cabrio que ronda los 100, porque lleva pisando asfalto desde 1929 y lo hace, además, luciendo como nuevo. Como tampoco faltó el premio especial de AAM Clásicos, otorgado al Chevrolet del 43 que no dejó de atraer todas las miradas y cometarios. Para esta entrega de trofeos se contó con la presencia de la Alcaldesa, Gema González, así como de los Concejales Nino Gil Rubio y Luis Hernández y la participación del polifacético Goyo Jiménez, porque el humorista, actor, presentador y director no quiso perderse este formidable encuentro con los Clásicos.

• Casi 60 vehículos participaron en la Ruta de las Tres Provincias.

Cenicientos puso el broche de oro a sus fiestas patronales llenando sus calles el 20 de agosto con el colorido de las carrocerías y el rugido de los motores de los 58 coches cásicos que tomaron parte en la I Concentración Ruta de las Tres Provincias que se inició con un desayuno para los participantes en la Churrería Avenida de la localidad. Fue la primera parada donde ya muchos curiosos quisieron admirar la belleza de estas reliquias, automóviles que te transportan a otra época y que llaman la atención por su flamante aspecto exterior. Modelos históricos de las más variadas marcas entre los que cabe destacar los aportados por la Asociación de Coches Clásicos Los Cacharritos de la cercana localidad toledana de Torrijos, un colectivo fundado en 2005 y que persigue el fomento, conocimiento y disfrute de los vehículos antiguos, clásicos, de colección y de época.

Tras tomar renovadas fuerzas la caravana de vehículos recorrió carreteras de Toledo, Ávila y Madrid en una singladura que pasó por Higuera de las Dueñas, Sotillo de la Adrada, Rozas de Puerto Real y Cadalso de los Vidrios para volver de nuevo a Cenicientos. Durante la ruta pilotos y acompañantes pudieron deleitarse con los paisajes únicos que entre encinas y pinos dan vista a la majestuosa Sierra de Gredos.

Pasaron primero a la Bodega San Esteban donde tomaron un aperitivo a base de productos autóctonos: pan, aceite y tomate regados con el vino de esta cooperativa en la que su presidente, Pedro Puentes, les dio la bienvenida explicándoles el proceso de su producción y la historia de la bodega. En ese momento los aledaños de la cooperativa se convirtieron en un hervidero de gente pues lo llamativo de los coches atrajo a numerosísimo público de todas las edades. Acto seguido tuvo lugar una comida para todos en el Restaurante Trébol en la que degustaron una suculenta paella, ensaladilla y filetes de ternera o emperador que dejaron más que satisfechos a todos los presentes. Tras la obligada sobremesa los participantes acudieron a la Bodega Saavedra donde pudieron ver cómo se elabora el vino ecológico que allí se embotella y que tiene ya fama internacional.

El concejal de Medioambiente y Turismo, Jorge Lago, manifestaba que, a pesar de ser la primera edición de la concentración, todo ha salido como se había calculado: “Las previsiones se han visto desbordadas, temíamos en un principio que no acudieran coches suficientes y al final hemos tenido que limitar las inscripciones. Han venido casi 60 vehículos de pueblos cercanos, de Madrid, y sobre todo de Torrijos, en la provincia de Toledo, de la Asociación Los Cacharritos, a los que estamos muy agradecidos por su presencia”. Lago añadía que la experiencia se repetirá en años sucesivos pues “es una muy buena forma de fomentar el turismo en Cenicientos y de dar cabida, por un módico precio, a una afición que tiene muchos seguidores en esta tierra”.

El último domingo de mayo, el próximo día 27, también será cita obligada para disfrutar con el colorido y la singularidad de la caravana de vehículos clásicos que marca el ritmo de la agenda cultural programada por el Club Clásicos de Valdemorillo, un colectivo que continúa impulsando su apuesta por acercar a los distintos municipios de la comarca de la Sierra Oeste, mostrando con ello la participación e interés que despierta entre los aficionados tanto al mundo del motor como al coleccionismo.

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El próximo domingo 25 de marzo el Club Clásicos de Valdemorillo y Sierra de Madrid realizará una visita al Museo Eduardo Barreiros de la citada localidad. El mismo día se celebrará también una nueva concentración mensual de coches y motos antiguos en el aparcamiento de la plaza de toros de Valdemorillo. A las 11 horas una caravana de vehículos partirá de la plaza de toros para dirigirse a la urbanización La Pizarrera, donde se encuentra el museo de automovilismo dedicado a Eduardo Barreiros.

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