- La Hermanad de la Esclavitud de Santísimo Sacramento volvió a vivir una de sus fechas claves en el calendario local, cobrando especial protagonismo este 3 de junio en el que los abanderados hicieron brillar la peculiar costumbre que pervive desde hace más de 400 años, manejando con habilidad el estandarte para hacerlo girar y girar con gracia y rapidez al son de tamboril y dulzaina.
- Autoridades y vecinos compartieron los momentos de esta jornada que fueron sucediéndose conforme a una fecha tan señalada, desde la misa y posterior procesión en la que los niños que hicieron esta primavera su primera comunión acompañan el paso de la Custodia, hasta la merienda en el Pabellón y ese último baile, ya de noche.
Volvió la estampa de cortejo, de vecinos y autoridades marchando por las principales calles del centro urbano, en este caso tras la Sagrada Custodia, portada, como ya es habitual, bajo palio entre picas y con la bandera por delante, esa misma bandera que, terminada la procesión de Jesús Sacramentado, ondeó una y otra vez en la destreza de cada abanderado. Porque fueron varios los encargados de hacer renacer una costumbre de siglos, la que pone el brillo especial en esta Villa a la celebración de Corpus Christi, y todo ello con la habilidad de sus manos y su gran acierto a la hora de seguir el compás marcado por dulzaina y tamboril, para despertar las miradas de autoridades, vecinos y demás público, todos congregados en esa Plaza de la Iglesia donde la tradición volvió a retumbar y bailarse, regalando la vistosa imagen de un 3 de junio en el que Valdemorillo volvió a vivir la fiesta que cobra sello propio.
Un día sin duda más que especial, en el que ese peculiar estandarte de colores y formas geométricas, único en la zona, se desplegó para ondear con la fuerza y gracia con la que cada abanderado, ya sea de pie, o de rodillas, siempre con determinación, sin descanso, hizo girar y girar la enseña. Un broche muy peculiar con el que este pueblo corona la ya citada procesión en la que marchan, cobrando también su particular protagonismo, los niños y niñas que tomaron en estos días su Primera Comunión.
Claro que no sólo desde la mañana hubo aires festivos en la localidad, porque, la importancia que entraña para la propia Hermandad de la Esclavitud del Santísimo Sacramento este domingo que hace visible el encuentro de los valdemorillenses con la festividad del Corpus. Y de ahí que, tras la merienda compartida también con la alcaldesa, Gema González y demás miembros de la Corporación Municipal, quedó nombrada la nueva Junta Directiva responsable de coordinar los actos el próximo año. Y junto a la implicación de la Hermanad, igualmente a resaltar la de quienes no dejaron pasar la fecha para instalar esos altares que, entre telas, adornos florales, pequeñas imágenes, marcan las paradas en ese desfile procesional que volvió a avanzar por vías como Balconcillos, Ramón Gamonal y Plaza de la Constitución hasta regresar al templo parroquial. Y todo con el acompañamiento musical de los Malangosto, grupo cuyas notas resultan igualmente más que tradicionales en ocasiones como ésta, donde sus toques se elevan fundamentales para poner el ritmo a las celebraciones que Valdemorillo bien sabe disfrutar entre ritmos serranos.