La ausencia de lluvias, la sequía y el alto riesgo de incendios que amenaza nuestros bosques han obligado a la Comunidad de Madrid a movilizar los efectivos de extinción de incendios que normalmente se usan únicamente durante los meses de verano y se ha reforzado asimismo la vigilancia y las medidas de seguridad en los diez puntos de la región con mayor riesgo para que, en caso de que se produzca un conato de incendio, se actúe con la mayor celeridad.