
Quedan pocos minutos para que sean las once de la noche y la parroquia de San Eugenio en Navas del Rey se comienza a llenar. Todos los vecinos del pueblo aguardan con devoción la salida del Santísimo Cristo del Amor y los costaleros esperan con nerviosismo que todo salga según lo previsto. Al grito de “Por los amigos que nos han abandonado. Al cielo con él” y seguido del himno de España daba comienzo la procesión del silencio. A dicha imagen le acompañaban Nuestra Señora de la Soledad y el paso del Santo Entierro, ambas empujadas por fieles del municipio. Y aunque la procesión de los jóvenes es el Jueves Santo, en la que se saca la imagen del Cristo atado a la columna, La Virgen y Jesús de Medinaceli, la del viernes también iba encabezada por niños que portaban una Virgen más pequeña, con andas menos pesadas.
Cerca de 40 vecinos son los componentes del grupo que porta la imagen del Cristo crucificado. Promovido por la Hermandad del Santísimo Cristo del Amor llevan seis años celebrando la salida procesional a hombros y esperan que se acabe convirtiendo en una tradición que caracterice al municipio y que sirva para fomentar y engrandecer la Semana Santa de Navas del Rey.
Los costaleros van ataviados con el mismo atuendo que se compone de una túnica y capirote color burdeos y una capa blanca. Dirigidos todos ellos por un hermano mayor en el porte de la imagen.
Al final de la procesión los fieles pujan por las andas del Cristo de Amor y de Nuestra Señora de la Soledad para meter las imágenes en la iglesia, cuya recaudación se destina para cubrir los gastos religiosos de la Semana Santa.
Arancha Sánchez Bueno.