Estamos tan acostumbrados a las malas noticias que parece que nos cuesta encontrar aquellas que traen historias bonitas o que pueden resultar agradables. Villa del Prado, quizás gracias al empeño continuado de algunos de sus vecinos, lleva ya seis años viviendo una de esas buenas noticias cada vez que se acercan las fechas navideñas, la Asociación Cultural Las Palabras Escondidas, en colaboración con el Ayuntamiento, lleva celebrados ya seis recitales poéticos solidarios, recogiendo a cambio de una actuación en la que no falta poesía, música, danza y buen humor, alimentos no perecederos con los que ayudar a las personas que mas lo necesitan.
Con el lema “Verso ¿qué me traes?… Esperanza”, esta gala solidaria cuenta siempre con la participación de algunos creadores y artistas locales y foráneos. La celebrada el pasado sábado 21 de diciembre en el Centro Cultural Pedro de Tolosa de Villa del Prado fue de nuevo una de esas fiestas culturales a las que nos acostumbra Palabras Escondidas y contó con la participación de algunos de sus poetas como Rocío Ordóñez, Emilio Polo, Julián del Salado o Fernando Jou. Primitivo Oliva y Rosa Rodríguez, de ASEAPO, asociación recientemente premiada con el IV Premio Divulgación Cultural entregado por la Asociación Cultural Teatro Sierra Oeste, también quisieron participar de esta bonita historia de Navidad.
Aunque, sin duda, las grandes estrellas de la velada fueron la cantante y actriz Ana Solano, que sorprendió a todos los presentes con sus versiones de Wishing you were somehow here again y de Never Enough, y el bailarín y profesor de la Escuela municipal de danza de Villa del Prado Rafa Valverde, que una vez más deleitó a todos los presentes con lo que es capaz de hacer con su cuerpo al ritmo de canciones como Don´t start now o Mystery of love.
La asistencia al VI Recital poético solidario fue menor de lo que la organización esperaba, aun así el acto fue todo un éxito y se consiguió recoger alimentos para que 8 familias se puedan alimentar durante un mes. Sin duda, tal y como dijo el espectador, una bonita historia de Navidad que se repite cada año y que muchos pradeños y pradeñas pudieron vivir en primera persona.