- El pasado sábado 9 de julio fue bendecida Nuestra Señora de los Dolores ante una Parroquia llena de villamanteños que recibían a su Virgen.
A las 20 h. comenzaba la Misa en la que se reponía al culto la Imagen de la Virgen de los Dolores. Dña. Charo Clemente, secretaria de la Hermandad, daba la bienvenida a todos los asistentes a la Eucaristía destacando que se volvía a vivir un momento como “en 1943 cuando Nuestra Madre llegó a nuestro pueblo”. Tras estas palabras el párroco Don Orlando Mateo procedía a hacer la oración de la bendición y aspersar con agua bendita la Imagen, ahora ya sagrada.
Tras estos emotivos momentos continúo la Eucaristía, en la que Don Orlando destacó la labor realizada por la Hermandad y su Junta Directiva de preservar el patrimonio de la Parroquia. A la Eucaristía asistieron representantes de las Hermandades de la Virgen del Socorro y Nuestro Padre Jesús Nazareno del Buen Silencio de Villamanta, así como, de la Real e Ilustre Congregación de Nuestra Señora de los Ángeles de Getafe. Presidió el acto por parte del Ayuntamiento el señor alcalde Don Valentín Pereira.
Tras la Eucaristía y el canto del Himno de Nuestra Señora de los Dolores se pasó a realizar el acto más emotivo: el besamanos. Los devotos hacían cola dentro de la Iglesia para poder besar las manos de la Virgen. Hubo personas que al acercarse a la Sagrada Imagen no pudieron contener la emoción y le decían piropos como guapa y bonita.
Tras la celebración religiosa la Junta Directiva dispuso en el atrio una limonada y aperitivos para que todos los asistentes pudieran refrescarse. Se vivieron momentos de convivencia y charla entre todos los que allí estaban mientras comentaban lo bien que había quedado la restauración.
Un trono para una Reina
La Junta Directiva dispuso un altar para recibir a la Virgen de los Dolores donde la realeza de María era el motivo principal.
Ante un dosel de damasco y terciopelo rematado por un sol, se ubicaba un trono sobre el que descansaba una corona real encima de un cojín. De esta forma se hacía alusión a las alegorías tradicionales en torno a la Virgen: “trono de justicia”. A los lados los antiguos faroles que procesionaban con la Virgen cerraban la composición.
La Virgen se presentaba delante del trono a modo de que Ella como Reina de la creación bajaba de su trono para recibir a sus devotos. La Virgen lucía con todo el amor de sus devotos, pues todas las prendas que llevaba habían sido donaciones. El manto de salida bordado en hilos plateados que fue regalado por un devoto en los años 2000, al igual que el delantal blanco donado en las mismas fechas por dos devotas. El rosario de cristal de Swaroski prestado por otra devota al igual, que el encaje de aplicación de Bruselas prestado por su vestidor.
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Iván Martín.