El lobo ibérico estuvo presente en toda la Península Ibérica durante siglos, llegó a habitar casi todo el territorio peninsular hasta principios del siglo XX; no obstante, estuvo a punto de extinguirse en los años 70. Se promovió una campaña de exterminio por la superabundancia de este animal.
Blog ZEPA 56 Guía de naturaleza
La campaña de exterminio tuvo lugar entre 1950 y 1970, cuyo resultado fue la práctica erradicación de esta subespecie en todo el país, exceptuando la parte noroeste y algunas áreas aisladas de Sierra Morena.
Fue en el entorno de la Sierra de Malagón, en los límites de la Sierra Oeste de Madrid, donde certifican las crónicas que fue cazado el último lobo del Guadarrama. Lo hizo en 1952 Marcelino Soriano Muñoz alias “Garrones”, vecino de Peguerinos, que ostentaba el cargo de lobero mayor del reino.
Tras varias décadas en las que el lobo ha estado ausente de la Sierra de Guadarrama, en estos últimos años ha vuelto a establecerse una población estable en la parte castellano-leonesa de la misma. Desde la Junta de Castilla y León tienen cifras sobre cuál es la población de lobo existente en la provincia de Ávila, en su límite con nuestra Sierra Oeste, y aunque se controlan los ejemplares que hay, aseguran que éstos varían dependiendo de la época del año.
Se estima una población de unos 15 y 30 lobos asentados en la zona desde hace algún tiempo. Así, afirman que «las estimaciones en la provincia nos indican una presencia de lobo con tendencia estable y con tres grupos de reproductores». Se tienen contabilizados a los animales y también controlada su zona de acción dado que la localización es también más o menos fija: «La zona en donde está confirmada la presencia de lobo es en la parte norte y centro de la provincia concretamente en la zona de la sierra de Ávila, la sierra de Malagón y Campo Azálvaro».