Cientos de vecinos de Villa del Prado, entre los que se encontraba la alcaldesa, Belén Rodríguez, presenciaron el pasado 5 de abril, Jueves Santo, la procesión del Cristo de los Afligidos, Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad. Aunque estaba previsto que comenzase a las 19 horas, los tres pasos comenzaron a salir de la parroquia de Santiago Apóstol con más de media hora de retraso, ante la impaciencia de los asistentes que esperaban el inicio de la procesión mientras miraban al cielo confiando en que la lluvia no hiciese acto de presencia.
Cuando el Cristo de los Afligidos y Jesús Nazareno ya habían comenzado su recorrido, cayeron las primeras gotas, que provocaron que la Virgen de la Soledad tuviese que regresar al interior de la parroquia justo cuando los 54 costaleros que portaban a la Virgen, de 1.400 kilos, se disponían a sacarla del templo.
La lluvia tan solo duró unos instantes, por lo que finalmente la Virgen de la Soledad pudo salir en procesión. Sin embargo, la amenaza de tormenta provocó que el Cristo de los Afligidos, Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad realizasen un trayecto más corto de lo habitual, recorriendo la distancia que separa la parroquia de Santiago Apóstol de la Plaza Mayor.
Allí, ante la emoción de los asistentes, tuvieron lugar las reverencias y tras cerca de hora y media la procesión concluyó cuando el Cristo de los Afligidos, Jesús Nazareno y la Virgen de la Soledad regresaron al templo. Los costaleros que portaban a la Virgen de la Soledad tuvieron un pequeño percance a la entrada de la parroquia, ya que el suelo estaba mojado por la lluvia y se resbalaron, provocando un gran sobresalto entre los asistentes. Sin embargo, la experiencia del presidente de la hermandad, Delfín, dirigiendo a los costaleros evitó la caída de la Virgen y así concluyó la procesión.