- Un ‘¿sabías que…?’ sobre la flora y fauna de la Sierra Oeste.
¿Sabías que en las zonas sombrías de los bosques mixtos de pinar y encina de la Sierra Oeste podemos encontrar ‘estrellas de tierra’ o ‘pedos de lobo’? Spoiler: son hongos
El valor de nuestro entorno es sencillamente incuestionable, tanto por lo que podemos observar sin dificultad —los paisajes, la flora y la fauna— como por las increíbles formas de vida que se escapan a un simple y rápido vistazo. Este artículo es una invitación a ver más allá de lo evidente, a arrodillarse, a ponerse a la altura de un mundo por descubrir, el de los hongos, musgos y líquenes, también presentes en nuestra Sierra Oeste.
El Reino de los hongos
¿Qué sabemos de los hongos? ¿Y de las setas? ¿Acaso no son lo mismo? La verdad es que, por lo general y de una forma coloquial, casi siempre hablamos de setas porque es la parte más visible y lo que apreciamos casi sin dificultad en cualquiera de nuestros paseos. Podríamos decir que el hongo es la parte que no se ve, la que está enterrada y está formada por una serie de filamentos, que se asemejan a las raíces de los árboles que se llama micelio. La seta, la parte visible, es como el fruto del hongo y en ocasiones, un exquisito manjar.
Distinguir una seta de otra, puede ser complicado, a veces arriesgado, pero desde la distancia adecuada y la precaución necesaria podemos distinguir algunas de las especies más comunes.
¿Te parece si empezamos por las ‘estrellas de tierra’ y los ‘pedos de lobo’ con las que hemos intentado atraer tu atención?
Estrella de tierra (Astraeus hygrometricus), es un hongo que cuando las condiciones de humedad son óptimas, su parte externa se abre en lacinias o brazos, dejando al descubierto la parte interna, de forma globosa donde se localizan las esporas.
El pedo o cuesco de lobo (Lycoperdon perlatum), es un hongo de forma redondeada cubierto por unos pequeños abultamientos o ‘perlas’, también redondeadas o cónicas. En estado maduro, por la parte apical se abre un poro que es por donde salen las esporas. Su curioso nombre se debe al sonido que se produce cuando al presionar la forma globosa, una nube de esporas sale de forma imprevista.
Musgos, auténticos cojines naturales.
Seguro que, en cualquiera de nuestros paseos, nos hemos encontrado con formaciones, más o menos extensas, de esta especie, pero ¿qué son exactamente los musgos? Los musgos son plantas muy pequeñas que no tienen raíces verdaderas y crecen en lugares húmedos y sombreados, como bosques, rocas y suelos fértiles. A pesar de su tamaño, desempeñan un papel crucial en el ecosistema, ya que ayudan a retener la humedad del suelo, previenen la erosión y proporcionan alimento y refugio para pequeños insectos y otros organismos.
En nuestro entorno, los musgos añaden un toque de belleza natural a los paisajes, cubriendo rocas, troncos de árboles y suelos forestales con sus exuberantes tonos verdes. Además, son indicadores de la calidad del aire y del medio ambiente, ya que son muy sensibles a la contaminación y los cambios climáticos.
Especies que podemos encontrar en la Sierra Oeste
Sin lugar a dudas, muchas. De hecho, una o más especies son capaces de compartir un mismo espacio o recurso natural, lo que hace que en la observación directa podamos distinguir las diferentes características entre una especie y otra. Podemos encontrar, entre otros, el musgo de roca seca (Grimmia pulvinata), el musgo estrellado (Polytrichum juniperum) y el espectacular musgo de fuego (en imagen) o de horquilla púrpura (Ceratodon purpureus)
Líquenes. Historia de una simbiosis entre dos especies.
Los líquenes son organismos fascinantes que están formados por la asociación simbiótica entre hongos y algas, y a veces bacterias, y crecen en una gran variedad de superficies, como rocas, árboles y suelos. Son parte importante del ecosistema, ya que ayudan a descomponer rocas y suelos, y proporcionan alimento para algunos animales. Además, son muy sensibles a la contaminación atmosférica, por lo que su presencia puede determinar la calidad del aire en un área concreta.
Sin duda, en nuestros paseos, aunque no hayamos prestado demasiada atención, nos hemos cruzado con muchas especies de líquenes, como, por ejemplo, el musgo del roble (Evernia prunastri), que no es musgo sino liquen, el liquen geográfico (Rhizocarpon geograficum), especie que crece en espacios libres de polución y cuyo lento crecimiento (0,2 mm de media al año), es utilizado por la liquenología para calcular una edad mínima a la roca sobre la que crece.
Para terminar: La relación entre estos organismos, hongos, musgos y líquenes, radica en su capacidad para colonizar ambientes difíciles. Por ejemplo, los líquenes pueden crecer en rocas y suelos desnudos, proporcionando un sustrato para que los musgos puedan establecerse. A su vez, los hongos participan en la descomposición de materia orgánica, liberando nutrientes esenciales que pueden ser utilizados por los musgos y otros organismos. En conclusión, esta relación es un ejemplo de la interdependencia que existe en la Naturaleza y que contribuye a la estabilidad de los ecosistemas donde se encuentran presentes.
Artículo e imágenes: José María Iniesta, educador ambiental y socio de Verdemorillo.