El cadáver de la mujer que se halló semienterrado en una fosa el pasado 6 de noviembre, en una cuneta del kilómetro 2 de la carretera M-541, que une Pelayos de la Presa y Cadalso, en un pinar, sigue sin ser identificado.
Recordemos que los perros de un vecino de San Martín de Valdeiglesias que buscaba setas encontraron los restos de una mujer de entre 30 y 50 años, de pequeña complexión y que este avisó al 112 del hallazgo. Tras el levantamiento del cuerpo por parte del juez de Navalcarnero, la Guardia Civil llevó a cabo las pertinentes investigaciones, que aún continúan sin que se haya esclarecido la identidad de la finada tras cotejarse el ADN con las denuncias de otros 1.500 desaparecidos en toda España.
La mujer estaba maniatada y troceada en una bolsa de plástico, lo que parece indicar que el autor o autores del crimen se ensañaron con la víctima. Se ha descartado que el cadáver corresponda a María Piedad García Revuelta, desaparecida en Boadilla del Monte hace ahora dos años, como se sospechaba en un principio.