Belmonte apunta el temple, la quietud de los pies, la templanza, la despaciosidad en la ejecución de las suertes, por lo que fue y siempre será considerado como el fundador del toreo moderno. Belmonte apunta el temple, la quietud de los pies, la templanza, la despaciosidad en la ejecución de las suertes, por lo que fue y siempre será considerado como el fundador del toreo moderno. En sus años juveniles y mozos nadie podía imaginar lo que acabaría siendo. No hubo travesura que no intentara ni malos amigos que no frecuentara. Pasó a formar parte de una panda de torerillos, un pequeño grupo de antisociales, vagos, gamberros y pendencieros.