Una delegación de diplomáticos de Haití, encabezada por la Sra. Olga Medor Ducasse, Ministra Consejera, Encargada de Negocios, ha asistido el día 7 al acto de inauguración de la exposición “El arte haitiano”, en la Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial, que estará abierta hasta el día 7 de marzo.
La muestra, propiedad de la Embajada de Haití, ha sido presentada por el Concejal de Cultura, Francisco Herraiz, quien la ha enmarcado en la voluntad de la Casa de Cultura de abrirse a propuestas internacionales, como la experiencia de realidad virtual del artista taiwanés, que se ha prorrogado hasta el próximo sábado.
El resto de diplomáticos haitianos que han querido compartir con los sanlorentinos la inauguración son el Sr. Glodel Mezilas, Ministro Consejero, Encargado del Servicio Consular; el Sr. Louis Marie Monfort Saintil, Ministro Consejero, Encargado de Cooperación, y el Sr. Pierre-Lault Lagrenade, Ministro Consejero, Encargado de los Asuntos Políticos.
El arte haitiano es el reflejo de una amalgama de tradiciones e influencias. Destaca su mestizaje cultural, histórico y étnico de la raíz africana con las americanas y europeas, sin olvidar una importante influencia religiosa de diversa índole.
A principios de los años 40 surge el denominado arte naif, cuya esencia brota del campo anímico de la inocencia y la sencillez, siendo la espontaneidad, ingenuidad y pureza tres de sus características más destacadas. Es un término utilizado para calificar la producción pictórica, escultórica o arquitectónica elaborada por una persona que, por lo general, no posee formación artística previa de modo que en la mayoría de los casos, los “artistas naif” han sido autodidactas. Sus obras originales se venden al mejor postor, en las galerías de arte de Port-Au-Prince. Se da a conocer después de la Segunda Guerra Mundial y durante los 30 últimos años, se convirtió en un importante producto de artesanía para la exportación.
Entre sus máximos exponentes se encuentran Bernard Sejourne, Rosa María Desruisseaux, Jean-Claude Garoute “Tiga”, Dumbrevil, Frank Etienne, Louverture Poison o Philippe Dodar, algunas de cuyas obras se pueden encontrar en la muestra.
AGUA BEBIÓ
Agua bebió en la esclarecida fuente
de las letras del libro y de la vida,
sin llevar a cabo vida recluida
lo supo desde que era adolescente.
Tuvo clara su vocación ardiente,
la llamada avivada y presentida,
virulencia volcánica surgida
del creativo fuego de su mente.
Sin base intelectual y por su cuenta
estudió a los clásicos con denuedo,
con la pasión y gustos de un esteta.
Incansable avanzó de forma lenta
y guiado por su instinto y por su credo,
nació para las Artes el Poeta.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
NO SABER DE LETRA
A mi padre
Múltiples veces le oí
en soliloquio a mi padre,
más le oía hasta mi madre
cuando se expresaba así:
“Como a la escuela no fui,
ni sé leer ni escribir,
bueno solo en el servir
a la tierra en que nací”.
“Cuando tengo que firmar
mis angustias son de muerte,
y trazo la firma fuerte
y así se pueda notar”.
Tiempos de desigualdad,
de pobrezas absolutas,
controvertidas disputas,
si no hay pan ni libertad.
¡Cuánto talento perdido
se pierde por la incultura
y cuánto hambre por la usura
de un mundo mal repartido!
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
NO LLORAR POR EL AGUA DERRAMADA
No llorar por el agua derramada,
ni el ver medio vacía la botella,
ni ese hueco dejado por la estrella
que nos tuvo la vista ensimismada.
Y alegraos teniéndola mediada,
y la estrella perennidad de huella,
como a mujer que se mantuvo bella
y nos alentó siempre enamorada.
Y sabed que un día a otro le sigue,
y la vida pese a todo prosigue
con su pesó, su punto y su medida.
Y bregad y luchad y sed tenaces,
y en el caos reinante sed capaces
de ordenarle y hallar nueva salida.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho