
El eriódico mensual independiente y gratuito de la Sierra Oeste de Madrid y alrededores, en su número 206, de marzo de 2025, dedica su portada a las lluvias. Este marzo pasará a la historia como uno de los más lluviosos desde que se tienen registros, superando con creces al mismo mes de 2018, que también destacó por sus abundantes precipitaciones. Según algunas estaciones meteorológicas de la Sierra Oeste, se han superado los 300 mm de lluvia, lo que ha provocado que se llenen los embalses hasta el punto de tener que evacuar agua, además de cuantiosos daños materiales. Las previsiones indican que esta primera semana de abril, vuelve la lluvia. En la imagen, desembalse del Charco del Cura (El Tiemblo), una de las presas del río Alberche. La foto es de Luis Pérez Pujol.
El olvido de Madrid
Es habitual encontrar noticias referidas a las ayudas que la Comunidad destina a los pueblos pequeños, especialmente para los de menos de 20 mil habitantes, ya sea para el arreglo de caminos rurales, la reducción de la huella tecnológica, el acceso a los trámites burocráticos… Pero la triste realidad es que muchos de nuestros pueblos de la región —y de forma mucho más notoria en la Sierra Oeste— son lugares afectados por la famosa despoblación, que roza en ocasiones la España vaciada. Según datos de la propia Comunidad, un total de 73 municipios se encuentran ahora mismo en una situación de estrés demográfico en nuestra región. Es decir: un 40,78 % de los 179 municipios de Madrid están ahora mismo en riesgo de despoblación.
Es desolador salir a la calle de estas localidades y no ver ni un alma; al caer el sol puede llegar a ser descorazonador e incluso tétrico. La juventud no ve oportunidades laborales y se ve obligada a emigrar a la capital. Los pocos negocios que hay subsisten en absoluta precariedad por la falta de público mientras sus propietarios esperan la jubilación que conllevará el cierre permanente del establecimiento. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Es cierto que hay subvenciones con las que muchos de nuestros vecinos encuentran un empleo con el que ir tirando hasta que cumple el contrato y empiezan a cobrar el subsidio de desempleo. También es verdad que, fruto de la gentrificación, muchos jubilados venden o alquilan sus viviendas de la ciudad y se instalan en las de nuestros pueblos, lo que les permite vivir holgadamente.
Pero el futuro son los niños, cada vez más escasos por nuestros lares. Desde Madrid capital tienen que traernos el verdadero progreso que supone que no caigamos en el olvido. Somos la sierra pobre, pero también somos madrileños.